Pues ahora lo decimos TODO!!!
La tauromáquia en España parece estar en sus últimas. La afición es ráncia, demasiado cómoda y desinteresada en el futuro y no hay gente nueva que se quiere mojar para salvar una de las más antíguas tradiciones de España.
Los antitaurinos no paran de destruir los fundamentos de nuestra cultura y a nadie parece ser motivo suficiente manifestarse en su defensa.
¿Es esto lo que queremos? Estamos destinados a desaparecer, extingir, tal y como sucederá con la especie de nuestros toros?
Qué será de los bravos si no hubiera la tauromáquia?
¡Hay que defenderse!