Un aficionado apasionado, Juan Bautista Gómez, hizo posible que la población granadina tuviera una exposición, reflejando su siglo de tradición taurina.
Situado a 14 kilómetros de Guadix, al pie de Sierra Nevada, un pueblo de algo más de mil habitantes, Jérez del Marquesado (Jéres del Marquesado), presume de estar entre los de mayor tradición taurina de la provincia de Granada, en competencia con Baza y con la propia ciudad de la Alhambra, y de contar con una de las aficiones más antiguas de España. No en vano, desde hace más de un siglo se vienen celebrando festejos en la plaza de talanqueras que se instala cada año, los días 11 y 12 de septiembre, como elemento imprescindible de las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Purificación, conocida popularmente como “La Tizná” desde que, hace más de 350 años, salvó milagrosamente la vida de unos niños sobre los que había caído un rayo, a consecuencia de lo cual la imagen quedó ligeramente tiznada.En las pasadas fiestas de septiembre de 2009, el esfuerzo de un jerezano apasionado de su pueblo y de la fiesta de los toros, Juan Bautista Gómez Hernández, hizo posible que un siglo de toros en Jérez quedara reflejado en la exposición que se titula precisamente así: “Los cien últimos años de toros en Jérez del Marquesado”. Y usamos el presente porque si bien la muestra cerró sus puertas al terminar las fiestas, su contenido se perpetuará en un libro y un DVD en los que Juan Bautista Gómez está ya trabajando.
La exposición, que se presentó apoyada por una audiovisual, estaba formada por más de seiscientas piezas, entre carteles, fotografías y recortes de prensa, que el autor ha ido recopilando en dos intensos años de trabajo y a través de los cuales se puede repasar la larga nómina de toreros que han pasado por el ruedo jerezano, cincuenta y dos de los cuales llegaron a tomar la alternativa. Una nómina en la que están presentes nombres como los de Miguel Montenegro, Luis Mariscal, Espartaco Chico, Salvador Cortés, Domingo Valderrama, Manolo Porcel, Joselito Rus, Fernando Casanova, “El Rondeño”, Pepe Luis Martín o Jesús Fandila, tío abuelo de “El Fandi” entre otros muchos como Francisco Galabí, uno de los dos banderilleros fusilados junto a Federico García Lorca en el barranco de Viznar, en agosto de 1936. El otro se llamaba Joaquín Arcollas Cabezas y era hijo de la comarca pero no consta que actuara en Jérez. También se puede ver una fotografía de “El Pipo” en la plaza de Jérez. Eran los años sesenta, la época de esplendor del entonces apoderado de “El Cordobés”, que en sucesivos años llevó a varios novilleros a torear a Jérez.
Un apartado especial es el dedicado al único torero que ha visto la luz, hasta la fecha, en Jérez; el banderillero Mariano Alarcón, nacido en 1916 y que el 5 de octubre de 1952, falleció en Barcelona a causa de la cornada del toro Negroso, de Saltillo, que por aquellos años lidiaba a nombre de Félix Moreno Ardanuy. Fue el primer percance mortal de la historia de la plaza Monumental y sobre el hecho se expone abundante documentación como el cartel de la corrida y recortes de las informaciones aparecidas en toda la prensa barcelonesa.
En el capítulo de las anécdotas se recuerda, por ejemplo, que en 1993 Francisco Ramos sufrió una gravísima cornada de la que fue atendido por el cirujano de la plaza de toros de Granada José Sánchez Ortiz, quien después manifestaría que aquella había sido la intervención más difícil de su vida.
Las ganaderías de la zona, como la de los hermanos Porcel, Pérez Sola o Pelayo tienen también referencia en la exposición, así como los encierros, tan tradicionales como los propios festejos y en los que es costumbre, siempre que ello sea posible, llevar los toros desde la sierra.
Por: José María Alarcón
