Los
diestros Francisco Rivera Ordoñez y Sebastián Castella cortaron una
oreja cada uno en un festejo en el que Miguel Ángel Perera resultó
ovacionado por partida doble, sobre todo en el que cerró plaza.
Plaza de toros de Vitoria,
lunes 6 de agosto de 2012. Se lidiaron toros de seis hierros diferentes.
Por orden de aparición en la plaza de las ganaderías de Juan Pedro Domecq, Parladé, Zalduendo, Valdefresno, Puerto de San Lorenzo y Los Bayones.
Desiguales de presentación, los mejores el tercero de Zalduendo y el
quinto del Puerto de San Lorenzo que fue aplaudido en el arrastre.
Francisco Rivera Ordoñez, que sustituyó a
Enrique Ponce: dos pinchazos y estocada (silencio); y estocada atravesada y un descabello (oreja).
Sebastián Castella: un pinchazo y estocada casi entera (silencio); y media estocada desprendida y un descabello (oreja).
Miguel Ángel Perera: pinchazo, estocada y un descabello (ovación); y dos pinchazos y estocada (ovación).
La plaza tuvo media entrada superior en tarde soleada.
DOS FAENAS DE DISTINTO CORTESebastián Castella se encontró en el cuarto de la tarde ante un toro que fue de menos a más.
El
astado del Puerto de San Lorenzo que manseo en la primera parte de la
lidia sacó la casta cuando el coletudo francés le puso la muleta. Poco a
poco le fue metiendo en la canasta y el burel terminó por entregarse a
los engaños del coletudo de Beziers. Castella le sacó todo lo que tenía
dentro el del Puerto a base de temple y ligazón enjaretándole varias
series por la derecha y por naturales. Pese a necesitar el verduguillo
tras dejar media estocada los pañuelos asomaron para premiar su
actuación con una oreja. Su primer burel de Parladé fue un manso con
genio y peligro. Pese a las condiciones adversas para el triunfo del
toro, el diestro francés estuvo muy profesional y con mucha vergüenza
torera delante del morlaco. Vio silenciada su actuación tras necesitar
dos intentos para dejar una estocada casi entera que fue certera y que
hizo rodar al astado a los pies del matador.
Francisco Rivera Ordoñez
también tocó pelo en el cuarto toro de la tarde. Lo recibió con varias
verónicas. El toro, que manseo de salida, también mostró esa querencia
en banderillas donde Francisco Rivera estuvo entregado al poner él los
rehiletes ante un burel complicado. En ese tercio comenzó el diestro a
ganarse al público.
Después, ya con la muleta, el astado de
Valdefresno protestó en el trasteo inicial cada comienzo de serie. Muy
inteligente y profesional, Francisco ganó la partida al animal y éste
terminó respondiendo con calidad en la muleta del maestro. Tras dejar
una estocada atravesada necesitó de un descabello para finalizar con la
vida del Valdefresno que se fue sin un pabellón auricular al
desolladero.
En su primero vio silenciada su labor al fallar con los
aceros. También banderilleo al que abrió plaza de Juan Pedro Domecq que
se movió, fue noble y se dejó pegar pases por parte de Rivera Ordoñez.
Por último el diestro extremeño
Miguel Ángel Perera
fue ovacionado en sus dos actuaciones tras cuajar dos buenas faenas. El
tercer animal de la tarde, el mejor del festejo, fue una mina en manos
del de Puebla de Prior que ligó con la muleta series con precisión.
Finalizó con circulares y encimita pero el mal uso de la espada le privo
de un trofeo mayor.
Ante el sexto, un manso con peligro que cortaba
el viaje desde el inicio, estuvo Perera muy importante. Con gran torería
consiguió a base de mucha exposición sacarle algunos muletazos lo que
le costó un revolcón sin consecuencias. Tras tres intentos para matar al
de Los Bayones vio de nuevo ovacionada su labor pero de forma más
clamorosa.
EFE / Fotografía: David Aguilar / EFE