29 de marzo de 2012

José Tomás, apartado del toreo por su hijo

Descubrimos cuál es el punto débil del diestro de Galapagar: su hijo y su pareja, Isabel, a los que, sin dudar, pone por delante de la profesión que le apasiona.

Sin embargo todo el mundo se pregunta: “¿Dónde está José Tomás?”. Esta parece ser la pregunta del millón, aunque tampoco hace falta investigar mucho para encontrarle. El mito de los ruedos también es hombre. Así lo demostró en la tremenda cogida que sufrió en Aguascalientes (México), donde estuvo a punto de morir. Después de una recuperación larga y duradera, que aún continúa, José Tomás volvió a torear, consiguiendo levantar la expectación de los aficionados. Sin embargo, desde el pasado 25 de septiembre el diestro ha desapareció de los ruedos y nada más se ha sabido de él.

¿Volverá en junio? ¿Está entrenando? ¿Por qué dilata su contratación? Son muchas las preguntas y ninguna la respuesta. Nadie sabe nada, pero todo el mundo habla. Mientras sigue creciendo su leyenda, con ese halo de misterio y grandeza que sólo envuelve a los toreros de otra época, José Tomás vive su día a día en Estepona junto a su pareja, Isabel, y su hijo, José Tomás, principal motivo de su ausencia.

El pequeño nació el pasado noviembre y parece haber cambiado el chip del diestro. Según fuentes cercanas a la familia, “está como loco, encantado y feliz. Al principio no le dejaba cambiar los pañales ni a su mujer”. Las prioridades en su vida, según desvelan, han cambiado hasta tal punto que su familia está por delante de su profesión.

No es raro verle pasear con su hijo por las calles de la ciudad malagueña, que le ha acogido como a uno más. Es más, José Tomás lleva a su hijo colgado en la típica mochilita porta-bebés.

Siempre ha sido muy celoso de su intimidad. Por eso, mientras los bulos sobre por qué no se ha anunciado en ninguna feria corren por los callejones de las plazas de España, él se mantiene callado y al margen de los rumores.

“No va a cambiar su manera de actuar. Es fiel a sí mismo”. Quienes le conocen aseguran que nunca le ha gustado ser protagonista y en cuanto “hay más de siete personas ya se agobia”. Pero de puertas para dentro continúa siendo una persona afable, tranquila y familiar. Aunque tampoco se puede negar que es “un tipo raro y muy especial, porque tiene una filosofía especial de la vida y una manera de ser distinta”.

Desde que nació su niño hace cinco meses, el diestro no ha vuelto por Galapagar, donde reside parte de su familia. Allí siente también una gran ausencia, la de su abuelo Tino, a quien adoraba y al que echa de menos. Por eso, en cuanto puede, le homenajea a su manera. Fue su abuelo quien le introdujo la pasión del toreo, ya que en su casa no se respiraba ningún ambiente taurino. Por eso le puso José Tomás a su niño, la cuarta generación.

Seguramente, aunque se ha llevado muchos sinsabores en el mundo taurino –por la controversia que levanta su persona–, no le gustaría que su hijo fuera también torero. Quizá su vuelta a casa esta primavera será una buena excusa para bautizar al pequeño JT. Pero por el momento su regreso a los ruedos todavía es un misterio.

Texto: Veronica Zavala
Fotografía: De Sol y Sombra

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inserte su comentario