Tal y como fue prácticamente en todas los festejos se registró una excelente entrada, misma que ha presenciado una tarde histórica, en la que después de doce años de no suceder en esta plaza se ha cortado un rabo, el jovencito Rodolfo Mejía literalmente ha provocado las lagrimas de emoción y con ello se ha robado el corazón de la afición.
El resultado completo del festejo es el siguiente: última novillada de la temporada, en tarde agradable, se han lidiado siete novillos de Rosas Viejas, mismos que ha sido bien presentados y han dado un buen juego. Además de uno perteneciente a la dehesa de Manolo Espinosa, que mereció los honores del arrastre lento y un sobrero de la ganadería de San Marcos que se ha dejado. Pesos: 376, 383, 384, 396, 433, 369, 351, 360 y 370 kilos.
Cristián Hernández (fucsia y oro) silencio.
José Antonio Guerra (verde botella y oro) silencio.
Pepín Vega (gris perla y plata con cabos negros) ovación.
Camilo Pinilla (obispo y oro) palmas.
Pepe Vargas (rosa y oro) ovación y palmas tras tres avisos en el de regalo.
Javier Castro (verde esmeralda y oro) oreja.
Rodolfo Mejía “El Tuco” (turquesa y oro) orejas y rabo.
Román Legorreta (verde botella y oro) vuelta.
Incidencias: Los novilleros Pepe Vargas y Rodolfo Mejías entraron a la enfermería para ser revisados después de su participación. Los picadores Curro Campos y Mauro Prado escucharon palmas en su comparecencia y los banderilleros Gustavo Campos y Héctor Rojas saludaron en el tercio.
Texto: Arq. Armando Landín-Miranda
Fotografía: Landín-Miranda
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Inserte su comentario