Esta es una zona donde el toro, y su ambiente ganadero, viven para su cría, también su plaza casi centenaria, ha tenido mucha repercusión a lo largo de su historia. Por tanto y dado el nivel en los últimos años, había que mantenerla este año de zozobras económicas con mucho esfuerzo, buena organización, consta que gracias a las buenas relaciones sociales, no se han desbarrado los dineros, que alguno pudiera pensar se han dispensado tanto a toros como a toreros. En definitiva una feria seria, organizada y de buen tono, lástima que tanto esfuerzo, no se vea compensado en la asistencia a la plaza.
Ayer vimos a un Ponce que en su segundo toro parecía un “novillero”. Trazó muletazos de exquisito gusto, toreó de técnica depurada, jugando primoroso la cintura, incluso se lo pasó cerquita, es indudable, se diga cuanto se diga, el valenciano, es un “prestidigitador” del toreo, la cabeza más clara de las últimas décadas, y además mantiene una desmesurada afición. ¡Y así le va claro!... Salió a hombros junto con el ledesmino López Chaves, que siempre se entrega, ante sus paisanos, dos faenas de buen trazo y dominio, con oreja por cada enemigo, y tampoco se quedó atrás David Mora, que en su primero, no se acopló bien. Dio un sainete con los aceros y después también excesivo premio por una faena de empuje y tesón rematada con feísimo bajonazo. Acompañó a los compañeros de cartel por la puerta grande. La corrida de toros del Puerto, bien presentada para la plaza, ya hubieran querido para muchas otras, tuvo excelentes condiciones, con recorrido y nobleza.
Y puestos a resumir, queda para el recuerdo la importante faena del novel Fernando Rey, otra más de Damián Castaño, y un buen ganado cada tarde de festejo. Con el deseo que se restablezcan los heridos de los encierros. Hasta la próxima.
Texto y Fotografía: Fermín González
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