23 de julio de 2012

Diego Ventura abre la puerta grande de Santander

El rejoneador Diego Ventura salió a hombros por la puerta grande del coso de Cuatro Caminos en Santander. El portugués cortó dos orejas al quinto de la tarde y Pablo Hermoso de Mendoza se llevó una oreja en el primer toro.
  
Ficha
Toros de los Herederos de D. Ángel Sánchez y Sánchez con poca presencia pero conductibles.

Pablo Hermoso de Mendoza, oreja y ovación.
Diego Ventura, ovación y dos orejas. Puerta grande.
Leonardo Hernández, doble silencio.

Domingo 22 de julio de 2012. Lleno en la plaza de Toros de Santander en lo que promete ser una feria soleada. Los toros de los Herederos de D. Ángel Sánchez y Sánchez fueron de más a menos bastante deslucidos pero se dejaban llevar.

Se salvó el quinto de la tarde al que Diego Ventura supo sacar el zumo que calmó la sed de los tendidos que no dejaban de ovacionarle. El portugués paseó por todo el ancho del coso a “Bailador” llevando los pitones del morlaco bien ajustados. Ya con “Remate” bajo sus riendas comenzó un singular repertorio de quiebros y galopes incluso atreverse a banderillear a dos manos al astado. Los tendidos no habían dejado de aplaudir cuando cambió a “Remate” por “Califa” y rejón en mano, ejecutó la faena de la tarde con un rejonazo de muerte que entró hasta el puño tras un pinchazo. No había caído el toro cuando ya se veían pañuelos al viento.
Ventura hubiese tenido premio en su  primer toro pero firmó mal con el rejón definitivo. El tendido le premió con una cariñosa ovación.

El veterano rejoneador, Pablo Hermoso de Mendoza,  cortó una oreja al primero de la tarde, pudo tener segundo premio pero compartió mala suerte con sus compañeros de cartel a la hora de sentenciar. Repitió esquema en su segundo y dejó marchar la puerta grande tras un rejón desprendido y un descabello. El navarro firmó dos faenas magistrales y bien aplaudidas.

La peor suerte de la tarde fue para el extremeño Leonardo Hernández, hubo voluntad y ganas sobre el coso de Cuatro Caminos por parte del joven. Destacó en su segundo morlaco al que clavó medio rejón trasero que se resistía a entrar y descabelló dos veces. Peor fortuna tuvo en el primero al que tras un medio rejón caído al lateral derecho tuvo que descabellar cuatro veces.

Texto y Fotografía: María Arce España

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