El torero Jiménez Fortes consiguió una oreja de cada toro y abrir la puerta grande de Pamplona, lo que le vale como diestro de futuro por su gran actuación. Pinar cortó otro apéndice y Jiménez fue silenciado.
Plaza de toros Monumental de Pamplona, miércoles 11 de junio de 2012. 7ª de feria. Lleno de "no hay billetes". Toros de Fuente Ymbro, grandes de tipo, volumen y astifinos pitones, pero mansos y sosos.
César Jiménez, silencio en los dos.
Rubén Pinar, silencio y oreja con un aviso.
Jiménez Fortes, oreja con fuerte petición de la segunda y oreja con un aviso.
Jiménez Fortes realizó dos faenas seria, con valentía y firmeza sin dejar el más puro clasicismo. El joven diestro lidió con una gran estética, quietud, cuajando las suertes más puras con una impresionante hondura.
Con el capote quitó por gaoneras, dejó un poco crudos a sus dos toros y con la muleta acertó en la distancia y el ritmo. Realizó molinetes de rodillas, lo que le acercó más al público. Estocada y petición de dos orejas que el presidente no quiso dar.
El sexto le sirvió para consolidar su valentía a Fortes. Toreó bajo, plantado en las cercanías que consiguió exprimir a un toro que poco prometía con pases de extraordinaria factura. Finalizó con manoletinas, estocada y dos descabellos que no le privaron de un apéndice.
Rubén Pinar se las vio con el segundo, un toro soso y sin fuerzas, de corta embestida.
El quinto también resultó manso y huidizo, pero Pinar consiguió meterlo en el trapo. Estocada y una oreja.
Jiménez Fortes pechó con los más flojos del lote. El tercero, sin fuerzas y desrazado con el que no consiguió acoplarse el torero.
El cuarto fue a menos en una faena que quizás podría haber dado más de sí por parte del torero.
Texto: Medios del sector
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