26 de julio de 2012

Rubén Pinar corta la única oreja de la tarde

El albaceteño cuajó una buena faena a un toro manso que le valió el único premio de la tarde. Su compañeros El Cid y David Mora no tocaron pelo del manso encierro de El Montecillo.

Plaza de toros de Santander. Miércoles 25 de julio de 2012, Corrida de la Beneficencia. Tarde nublada y la plaza casi llena. Se lidiaron seis toros de la ganadería de El Montecillo, mansos y salvo el segundo, sirvieron para la muleta. Corrida desigual de presentación pero muy bien armada.

Manuel Jesús Cid Salas “El Cid”: estocada baja y palmas. Media estocada, dos descabellos y ovación.
David Mora: estocada arriba y palmas. Estocada, aviso y ovación.
Rubén Pinar: un pinchazo, un pinchazo hondo y tres descabellos, silencio. Buena estocada y oreja.

El albaceteño Rubén Pinar cortó la única oreja de la tarde en la Corrida de la Beneficencia. Sus compañeros de terna, El Cid y David Mora no pudieron sacar mucho jugo a su lote, aunque no perdieron las ganas.

Rubén Pinar lo intentó por los dos pitones en el tercero de la tarde, y aunque había voluntad, el burel se colaba por ambos lados. Más suerte tuvo con el último de la tarde. Aunque el morlaco era manso, el joven mostró templanza y realizó una buena faena, especialmente con el toreo en redondo. El público de Cuatro Caminos por fin despertó, y Pinar se llevó la única oreja de la tarde.

El Cid consiguió sacar unos buenos derechazos al primero de la tarde. El sevillano lo intentó al natural pero el toro se quedaba corto. El público de Santander se mostró muy frío con el diestro y no supo apreciar una faena, que pudo terminar en oreja. La plaza le premió con aplausos tras una estocada baja. En el cuarto de la tarde, avivó a la grada al lidiar con maestría. Al entrar a matar recibió un pitonazo en el estomago. El coletudo se llevó la ovación del público después de media estocada y dos descabellos. Como todos sus compañeros, puso mucha voluntad y ganas de agradar al respetable.

El tercer torero que formaba parte del cartel, David Mora, tampoco tocó peló. En el segundo del festejo, realizó buenas series con el toreo en redondo pero el morlaco, el peor de la tarde, le buscaba continuamente y pronto tuvo que ir a matar. En su segunda ocasión, consiguió hacer sonar a la orquesta y realizó una faena decente, intentando sacar el máximo partido al toro por ambos pitones. Aunque la estocada fue buena, el toro no dobló hasta varios minutos después. Esa circunstancia enfrió el poco ánimo que por entonces tenía el público de Cuatro Caminos.

En definitiva, una tarde de muchos pases pero ninguna faena.

Texto: Ángela Ruiz Samperio para Mitaurored
Fotografía: Ángela R. Samperio, Esteban Cobo (EFE) y Manuel Bruque (EFE)

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