Soberbia tarde de Talavante, a hombros junto a Padilla

El diestro Alejandro Talavante protagonizó una tarde soberbia, de toreo de muchos quilates, que le valió para cortar tres orejas y salir a hombros junto a Juan José Padilla, ayer en el cierre de la feria almeriense de Roquetas de Mar. 

  
Ficha del festejo:

La plaza tuvo lleno de "no hay billetes" en tarde espléndida. Toros de Victoriano del Río, desiguales de presentación y juego. Los mejores, tercero y sexto, ovacionados ambos en el arrastre.

Juan José Padilla: estocada (oreja); y estocada y dos descabellos (oreja).

Julián López "El Juli": estocada trasera y dos descabellos (ovación); y estocada (oreja).

Alejandro Talavante: estocada (dos orejas); y pinchazo y estocada (oreja tras aviso).

Alejandro Talavante bordó el toreo en Roquetas. El diestro pacense rayó a gran altura en sus dos toros, provocando el fervor en los tendidos de este coqueto coso almeriense.

Muy variado con el capote, destacó sobremanera en un quite por gaoneras de apabullante quietud al sexto. Muleta en mano, Talavante desplegó todo su toreo, de exquisita hondura y temple, mano baja y sumo ajuste. Todo muy compacto y ligado en dos faenas sublimes.

Cortó dos orejas del tercero y sólo una del sexto al cruzarse un pinchazo antes de la estocada definitiva.

Triunfador también en la tarde, Padilla, sin embargo, el jerezano consiguió la Puerta Grande por dos trasteos de menor nivel artístico.

Fue meritoria la labor al toro que abrió plaza, en el que brilló en un vibrante tercio en banderillas, y después instrumentó un trasteo de muleta de arrojo y mucho aguante ante un toro manso y bronco. Cortó una oreja.

En el cuarto salió a por todas Padilla, que recibió al astado con dos largas en el tercio, e inició la faena de muleta con las dos rodillas en tierra. Conectó mucho Padilla con los tendidos, muy cariñosos con él, en una faena de corte populista. Por eso, y pese a los dos golpes de descabello que precisó, paseó otro apéndice que le puso en la Puerta Grande.

"El Juli" no tuvo suerte con su lote. Su primero, gacho y muy "rajado", apenas le permitió estar voluntarioso. El quinto tampoco colaboró, toro bronco y sin recorrido, con el que volvió a estar tesonero. Aquí mató a la primera, y le premiaron con oreja.

Texto y Fotografía: EFE