23 de agosto de 2012

El placer de lo auténtico con toros y un torero

Iván Fandiño cortó una oreja a cada toro que lidió, Mora paseó una y El Cid se fue de vacío, en una tarde en la que faltó algo de emoción pero no por ello se dejó de disfrutar de los toros.
Plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao, miércoles 22 de agosto de 2012. 4ª Corrida de abono. Media plaza y tarde nublada. 6 toros de la ganadería Jandilla de Mérida (Badajoz) con divisa azul. Señal: horquilla en ambas. Corrida mejor presentada que la lidiada con el mismo hierro en la pasada edición de las Corridas Generales, más seria aunque un poco desigual de caras. Cuatro toros aplaudidos en el arrastre, bravos 3º y 6º, buenísimos para la muleta; muy nobles 2º y 4º.

El Cid, estocada trasera y tres descabellos (silencio) y tres pinchazos y estocada entera (aplausos).
Iván Fandiño, estocada en la cruz (oreja) y entera bien colocada (oreja).
David Mora, estocada casi entera (oreja) y espadazo en la cruz (saludos).

Saludaron montera en mano los banderilleros El Puchi y Víctor Manuel Martínez, y el picador Mario Herrero, de la cuadrilla de David Mora.
Asistió al festejo el Lehendakari Patxi López.

Asistió a la cuarta corrida de abono el Lehendakari, Patxi López, como es costumbre institucionalizada la asistencia de las autoridades el miércoles de la Semana Grande y tras escuchar el solemne himno de la Comunidad Autonómica Vasca.

Saltó a la arena el primero de Jandilla, de nombre "Honorable", para El Cid, marcado con el nº 8-531 kilos, muy justo de presentación, bajando la nota con respecto al resto. Blandeó a la salida del primer encuentro en varas y después de un picotazo el torero intentó hacer faena por la izquierda al "jandilla", incómodo por el mugido, huidizo y andarín. No pudo sujetar la embestida de "Honorable" El Cid y concluyó con el primero del encierro con una estocada trasera y tres descabellos.
En el cuarto de la tarde ("Horroroso", de 535 kilos), la lidia en banderillas resultó deslucida. No tenía nombre bonito el "jandilla" pero El Cid debió verle cualidades porque lo brindó al respetable y le dio distancia, templando, gustándose en el toreo en redondo. Otro "jandilla" notable, repetidor y noble, con tanta clase como el anterior, sobre todo por la derecha, aunque El Cid claudicó en la segunda fase de la faena, a la que le faltó estructura, aunque hubo momentos de calidad en los inicios y como estuvo desafortunado con el estoque, tuvo que conformarse con una cariñosa ovación del público que premió con aplausos al toro en el arrastre.

Desordenada en el primer tercio fue la lidia de "Facineroso", primero del lote de Iván Fandiño. El toro escarbaba y la flojera era evidente pero Iván, que brindó al Lehendakari Patxi López, aludiendo a la libertad y la defensa de la Fiesta en el País Vasco, inició la faena por estatuarios para embarcar a "Facineroso" que por la derecha embestía con nobleza. Asentado, firme, y seguro, ligó muletazos de gran calidad en el toreo con la derecha, engarzados con los de pecho de pitón a rabo, rotundos y bellísimos. Faena muy templada a un toro que Iván vió y entendió. Sin embargo por la izquierda,  el animal se defendía y tras una secuencia de alto rango,. concluyó su obra Fandiño entrando a matar con decisión y  enterrando el estoque hasta la empuñadura. Oreja de ley.
El quinto salió muy quebrantado del caballo de Pepe Aguado, pero Fandiño tenía claro que la tarde era suya y había que rematarla. Brindó al público una faena que construyó desde el temple, en la distancia perfecta, con ritmo y pulso. Faltó transmisión porque el toro tenía la cualidad de la nobleza pero no de la emoción que proporciona la casta, pero Fandiño lo hizo todo bien de principio a fin. Recurrió a la parte escénica despojándose de las zapatillas para rematar la faena por manoletinas. Y de nuevo  volvió a matar en corto y por derecho, entrando con rectitud, de frente. Oreja que se pidió más con la voz que con los pañuelos, pero ante la duda, mejor pecar por conceder que no por escatimar como se hizo ayer con El Juli.

"Harapiento" (529 kilos), tercero del encierro de Borja Domecq, fue recibido de capa por un valiente David Mora con dos largas cambiadas de rodillas llevándolo hasta los medios por verónicas. Se le vio decidido al madrileño, que brindó al público, consciente de que había toro para triunfar. En la primera fase, la faena  fue bien construida por los dos pitones porque el "jandilla" era un bombón que embestía con nobleza y al que David Mora toreó bien, pero sin entrega. Era toro para hundirse en la embestida y sentirse… pero Mora, que corrigió muchos defectos cometidos ante la de Fuente Ymbro, se quedó en la superficie porque comienza las faenas con brío pero se viene abajo por falta de profundidad. Estuvo bien, pero sin emoción, y tenía toro para emocionar y emocionarse. Lo mató de una estocada casi entera y se le concedió la oreja.
Cerró el excelente encierro de Jandilla otro toro bueno de verdad. La fortuna de David Mora con los lotes es digna de estudio. El madrileño brindó a la Marquesa de Vega de Anzo y con aires de aristócrata, inició faena en los medios, se adornó y trazó muletazos con empaque pero sin terminar de calar en los tendidos porque el toro se vino a menos y el torero también. Torero con mucho porte, que puede dar mucho más si se propone profundizar más en su toreo, no buscar tanto la forma y hurgar más en el fondo, en el del toro y en el suyo propio.
Tarde por tanto de serena felicidad, sin los ánimos crispados de ayer con la faena del Juli, tarde de mucha clase en el toro y autenticidad en el toreo de Iván Fandiño. ¿Faltó algo de emoción? Sí, pero conformémonos con disfrutar, que no es poco…


EFE/Fotografía: Miguel Toña/EFE

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