El
diestro Juan Antonio Siro hizo lo más destacado y dio una vuelta al
ruedo sin trofeo en el festejo celebrado hoy en Las Ventas, en el que
los otros dos alternantes no pudieron pasar de voluntariosos en una
complicada corrida del Conde de la Maza.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid, domingo 5 agosto de 2012. Toros de Conde de la Maza,
bien presentados aunque con desigualdades y complicados. Manso
encastado y a menos el primero; el segundo, con nervio; parado y áspero
el tercero; manso y soso el cuarto; bronco el quinto; y sin clase el
sexto.
Aníbal Ruiz: pinchazo y casi entera (palmas); y bajonazo (silencio).
Sergio Marín: pinchazo y media (silencio tras aviso); y pinchazo y media (silencio).
Juan Antonio Siro, que confirmaba alternativa: dos pinchazos y estocada caída (palmas tras aviso); y estocada (vuelta al ruedo).
En cuadrillas, Juan Navazo saludó en el quinto.
La plaza tuvo algo más de un cuarto de entrada en tarde que amenazó lluvia y de agradable temperatura.
Toreros dispuestos con toros infumables
Sobre el papel se preveía una tarde de lo más anodina por las connotaciones que a priori se podían adivinar con el cartel que se anunciaba.
Tres toreros instalados en las posiciones más olvidadas del escalafón, con muy pocos contratos a cuestas en los últimos años, enfrentándose a una ganadería de las llamadas "duras" como la del Conde de la Maza, y en un marco de tanto peso y responsabilidad como Las Ventas.
Y por donde, al final, hubo más toreros que toros: Aníbal con oficio, Marín con voluntad y Siro con apuntes interesantes en sus dos faenas, que a la postre le permitieron dar una vuelta al ruedo en el sexto.
Aníbal Ruiz, el más veterano de la terna, era también el más placeado, ya que en los últimos años, aunque no se ha anunciado en ferias de relumbrón, su nombre ha sonado sobre todo en plazas de su tierra, Ciudad Real.
El manchego cuajó una primera labor de oficio ante un toro que se movió con mucho nervio, sin clase y un tanto violento, echando la cara arriba y topando más que embistiendo.
El hombre prologó su faena con unos torerísimos doblones por bajo para posteriormente "tragar" las ásperas acometidas del animal, logrando algún apunte suelto.
El cuarto fue el menos complicado, aunque manso igualmente y muy soso, con el que Aníbal, a base de sobarle mucho, consiguió robarle un par de tandas por el derecho dentro de un conjunto que no fue a ninguna parte.
Sergio Marín, que volvía a Las Ventas después de cuatro años de ausencia, salió a por en su primero, tercero de la tarde, al que recibió a portagayola para después estirarse en unos bonitos lances a la verónica.
Pero en la muleta no pudo ser. El toro se lo pensaba una barbaridad a la hora de tomar los engaños, siempre con el freno de mano echado, con la cara alta al final del muletazo y cada vez más orientado. Marín quiso mucho pero sin poder pasar de los detalles.
El quinto no tuvo un pase y aquí Marín, aunque fue todo disposición, no pudo hacer nada.
Siro venía a Madrid a confirmar la alternativa, en el que era su tercer festejo como matador de toros después del de su alternativa, en Salamanca en 2009, y de un festejo más que sumó en esa misma feria en 2010. El año pasado transcurrió en blanco y hoy hacía su primer paseíllo de la presente temporada.
Con este panorama, el salmantino estuvo más que digno con el toro de ceremonia, un manso encastado que no quiso saber nada en el capote, de bruscas arrancadas, frenándose cada vez que trataba de pasar y con mal estilo en varas.
En la muleta no fue nada claro el astado, muy corto de embestida, brusco y volviéndose por el derecho. Ahí estuvo el mérito de Siro, que tras intentarlo a base de mucha voluntad y arrojo, consiguió algún natural aislado de buen trazo con el animal cada vez más quedado. Buena actitud del salmantino.
El sexto, además de deslucido por falta de clase, adoleció también de pocas fuerzas, rematando los viajes con un tornillazo. De nuevo se vio un Siro tenaz y muy dispuesto para conseguir momentos entonados con la diestra, sin duda lo más artístico de toda la tarde. Mató a la primera y dio una vuelta al ruedo.
Ver vídeo en: http://www.mitaurored.com/videos/juan-antonio-siro-una-vuelta-al-ruedo-en-su-confirmacion-id-919.htm
Aníbal Ruiz: pinchazo y casi entera (palmas); y bajonazo (silencio).
Sergio Marín: pinchazo y media (silencio tras aviso); y pinchazo y media (silencio).
Juan Antonio Siro, que confirmaba alternativa: dos pinchazos y estocada caída (palmas tras aviso); y estocada (vuelta al ruedo).
En cuadrillas, Juan Navazo saludó en el quinto.
La plaza tuvo algo más de un cuarto de entrada en tarde que amenazó lluvia y de agradable temperatura.
Toreros dispuestos con toros infumables
Sobre el papel se preveía una tarde de lo más anodina por las connotaciones que a priori se podían adivinar con el cartel que se anunciaba.
Tres toreros instalados en las posiciones más olvidadas del escalafón, con muy pocos contratos a cuestas en los últimos años, enfrentándose a una ganadería de las llamadas "duras" como la del Conde de la Maza, y en un marco de tanto peso y responsabilidad como Las Ventas.
Y por donde, al final, hubo más toreros que toros: Aníbal con oficio, Marín con voluntad y Siro con apuntes interesantes en sus dos faenas, que a la postre le permitieron dar una vuelta al ruedo en el sexto.
Aníbal Ruiz, el más veterano de la terna, era también el más placeado, ya que en los últimos años, aunque no se ha anunciado en ferias de relumbrón, su nombre ha sonado sobre todo en plazas de su tierra, Ciudad Real.
El manchego cuajó una primera labor de oficio ante un toro que se movió con mucho nervio, sin clase y un tanto violento, echando la cara arriba y topando más que embistiendo.
El hombre prologó su faena con unos torerísimos doblones por bajo para posteriormente "tragar" las ásperas acometidas del animal, logrando algún apunte suelto.
El cuarto fue el menos complicado, aunque manso igualmente y muy soso, con el que Aníbal, a base de sobarle mucho, consiguió robarle un par de tandas por el derecho dentro de un conjunto que no fue a ninguna parte.
Sergio Marín, que volvía a Las Ventas después de cuatro años de ausencia, salió a por en su primero, tercero de la tarde, al que recibió a portagayola para después estirarse en unos bonitos lances a la verónica.
Pero en la muleta no pudo ser. El toro se lo pensaba una barbaridad a la hora de tomar los engaños, siempre con el freno de mano echado, con la cara alta al final del muletazo y cada vez más orientado. Marín quiso mucho pero sin poder pasar de los detalles.
El quinto no tuvo un pase y aquí Marín, aunque fue todo disposición, no pudo hacer nada.
Siro venía a Madrid a confirmar la alternativa, en el que era su tercer festejo como matador de toros después del de su alternativa, en Salamanca en 2009, y de un festejo más que sumó en esa misma feria en 2010. El año pasado transcurrió en blanco y hoy hacía su primer paseíllo de la presente temporada.
Con este panorama, el salmantino estuvo más que digno con el toro de ceremonia, un manso encastado que no quiso saber nada en el capote, de bruscas arrancadas, frenándose cada vez que trataba de pasar y con mal estilo en varas.
En la muleta no fue nada claro el astado, muy corto de embestida, brusco y volviéndose por el derecho. Ahí estuvo el mérito de Siro, que tras intentarlo a base de mucha voluntad y arrojo, consiguió algún natural aislado de buen trazo con el animal cada vez más quedado. Buena actitud del salmantino.
El sexto, además de deslucido por falta de clase, adoleció también de pocas fuerzas, rematando los viajes con un tornillazo. De nuevo se vio un Siro tenaz y muy dispuesto para conseguir momentos entonados con la diestra, sin duda lo más artístico de toda la tarde. Mató a la primera y dio una vuelta al ruedo.
Ver vídeo en: http://www.mitaurored.com/videos/juan-antonio-siro-una-vuelta-al-ruedo-en-su-confirmacion-id-919.htm
Javier López /EFE / Fotografía: Juan Pelegrín/Las Ventas
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