3 de septiembre de 2012

Ferrera y Talavante salen a hombros

Los matadores de toros pacenses Antonio Ferrera y Alejandro Talavante han salido a hombros de la plaza de Mérida, en una tarde memorable que hacía años que no se daba en el coso emeritense. 
  
Se lidiaron seis toros de Cayetano Muñoz bien presentados, bravos y nobles, con un excelente tercero y un extraordinario quinto, que le dieron la vuelta al ruedo.

El nuevo empresario de la plaza, José María Garzón, ha despertado a la dormida afición de Mérida al conseguir meter en la plaza a más de 6.000 personas que no han cesado de aclamar a los toreros durante toda la tarde.

Antonio Ferrera, dos orejas. Bronca al presidente por no conceder el rabo. Dos orejas y rabo.
Alejandro Talavante. Una oreja. Ovación y una oreja.

Antonio Ferrera hizo vibrar en banderillas a un público al que también le arrancó estruendosas ovaciones con la muleta, se adornó y cuajó series largas y dominadoras, limando las asperezas del astado, que sometió con torería por ambos pitones.

Con el tercero, Ferrera volvió a mostrar su entrega y pundonor en una faena poderosa tras formar de nuevo el lío en banderillas a un bravo animal que apenas se le castigó en varas, triunfando en el último tercio.

En el quinto, el torero de Villafranco del Guadiana invitó a compartir las banderillas a Talavante, lo que hizo que los dos pusieran la plaza en pie en una faena que culminó con Ferrera aclamado a cada muletazo.

Alejandro Talavante, con quietud y temple metió en su muleta al toro, al que llevó con suavidad a lo largo de la lidia con aparente facilidad.

Al cuarto de la tarde, un tanto distraído, parado y protestón, Talavante le sacó los muletazos uno a uno a base de insistir.

Con el que cerró plaza, que derribó al caballo de picar, el torero de Badajoz se entregó en busca de la puerta grande, que consiguió con su dominio, quietud y mando.

Texto: EFE
Fotografía:
Gallardo/EFE

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