Ficha del festejo:
Dos toros para rejones de Fermín Bohórquez, colaborador el primero y manso el otro; y cuatro en lidia ordinaria de Victoriano del Río, bien presentados, mansurrones y de escaso juego, excepto el buen sexto.
El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: medio rejón trasero (ovación); y metisaca y rejón caído (ovación).
Sebastián Castella: cuatro pinchazos, estocada trasera y caída y descabello (silencio tras aviso); media y descabello (silencio tras aviso).
José María Manzanares: estocada (oreja); y estocada (dos orejas).
En cuadrillas, Javier Ambel saludó en el segundo y Curro Javier y Luis Blázquez hicieron lo propio en el sexto.
La plaza tuvo lleno de "no hay billetes" en tarde soleada y calurosa.
Lo mejor de la primera faena de Hermoso de Mendoza tuvo lugar en el tercio de banderillas a lomos de "Chenel". Pudo haber cortado un trofeo si hubiera caído mejor el rejón de muerte. Con el remiso cuarto llevó a cabo una labor más discreta.
Castella, que sorteó el peor lote, apenas pudo hacer nada en la tarde. Ni con el flojo segundo ni con el desclasado e insulso quinto, sólo pudo estar en los pases sueltos. Además, no tuvo su tarde con los aceros.
Manzanares instrumentó una primera faena de menos a más a un toro que se movía rebrincado y sin entregarse en ningún momento, al que acabó metiendo poco a poco en el canasto hasta recetar un par de tandas en el epílogo de notable expresión. Cortó una oreja.
Y paseó las dos del sexto, el mejor toro de la corrida, al que cuajó de forma extraordinaria por los dos pitones. Muletazos cadenciosos, de empaque y sumo temple tanto en el toreo a derechas como al natural. Todo muy ligado, muy compacto y rotundo.
Texto y Fotografía: EFE
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