3 de septiembre de 2012

Triunfo de la terna en Alcázar de San Juan

El rejoneador Sergio Galán consiguió realizar dos grandes faenas a unos toros que no acompañaron. Y Ponce dio una lección de torería consiguiendo torear a un manso.

Alcazar de San Juan (Ciudad Real), domingo 2 de Septiembre de 2012. Casi lleno. Encierro de Samuel Flores, 1º y 5º con el hierro de su señora tía Dª Manuela Agustina Flores, bien presentados, en el tipo, nobles y de buen juego en general, el 3º, bravo y colaborador, premiado con la vuelta al ruedo. El 4º manso difícil y deslucido.

Sergio Galán, oreja y oreja.
Enrique Ponce, oreja, tras aviso, y dos orejas y rabo.
Aníbal Ruiz, dos orejas y palmitas.

Sergio Galán: en su primero, que mostró buen son hasta la mitad de la lidia, se lució con Ojeda y Titán corriendo de costado con mucho temple y dejando las banderillas siempre al estribo y muy arriba. Con el rejón de muerte pinchó dos veces antes de dejar uno arriba que necesitó de descabello a pie. Oreja.
En el que hacia cuarto: manso, sin fijeza, midiendo y complicado, expuso mucho, lo mejor se vio con Apolo que templó los arreones del cornúpeta, dejándolo incluso llegar hasta tocar la grupa en varias ocasiones, para intentar encelarlo pero sin llegar a conseguirlo. Rejón de muerte arriba, con gran exposición en la realización de la suerte, para cortarle una oreja.

Enrique Ponce (celeste y oro). A su primero, noble y con poca fuerza, le realizó faena muy pulcra y medida, toreándole con suavidad y sin exigencias, vistosos remates de pecho y trincherillas. Volapié con espada entera arriba, dos descabellos tras aviso. Oreja.
En el quinto, un toro que comenzó manseando, se vio lo mejor de la tarde, nueva lección de tauromaquia del valenciano, pues nadie daba un duro por el de Samuel. Faena honda que comenzó con doblones por bajo para continuar con tandas de derechazos y naturales, circulares y cambios de mano templados y con mando, que terminaron sacando lo bueno del morlaco que rompió a embestir. Pinchazo arriba y estocada entera caidilla que le valió dos orejas y rabo.

Aníbal Ruiz (tabaco y oro). Tuvo en su primero un gran colaborador, Cuchillero: bravo, noble y con son, fue el mejor del encierro. Faena de más a menos, anduvo voluntarioso y entregado,  pero no cuajó la gran faena que se esperaba. Mató de estocada casi entera arriba y recibió el cariño de sus paisanos. Dos orejas. Se premió al toro con la vuelta al ruedo.
Con el que cerró feria, un toro distraído en los primero tercios, noble y trotón, que exigía mando y temple, no terminó de acoplarse. Dos pinchazos precedieron a estocada contraria aviso y descabello. Palmitas.

Texto y Fotografía: Jesús Vázquez

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