La Asociación de Ganaderos de Reses de Lidia, conocida como "La R" y con sede en Salamanca, ha renovado su junta directiva y planteado como objetivo prioritario que no desaparezcan sus socios en los próximos tres años.
Así lo ha explicado hoy a Efe el nuevo presidente, Manuel Rodríguez-Tabernero Martín, cuyas reses pastan en la finca Casasola de la Encomienda, en Garcirrey (Salamanca), uno de los solares del histórico encaste Anastasio-Lisardo que en la segunda mitad del siglo XX propició Lisardo Sánchez.
"La crisis nos ha cogido de lleno y habrá que aguantar dos o tres años más, como sea", ha insistido el criador charro, elegido ayer para dirigir a una asociación que tiene 65 socios distribuidos por Castilla y León, La Rioja y Extremadura, aunque la mayoría son de Salamanca.
La nueva vicepresidenta es la ganadera Eva Marina Rodríguez y de secretario hará las veces el criador Antonio Martín-Tabernero Ramos.
Uno de los mayores problemas, según ha reconocido el presidente, es que "cada vez se hierran menos machos y menos hembras y la mayor parte se va al matadero".
"Lo estamos manteniendo por afición y por tradición, ya que las ganaderías de bravo sólo son rentables para los diez que están arriba", ha insistido.
Por lo general, los ganaderos, según ha explicado, están herrando entre un cuarenta y un cincuenta por ciento menos respecto al año pasado.
En su caso, si en 2011 herró veintinueve machos, este año ha anotado dieciocho.
Uno de los mayores inconvenientes es el alto coste del pienso, que se ha situado en treinta céntimos por kilo, ya que un semental, de media, puede llegar a comer al menos cinco diarios.
La Asociación de Ganaderos de Reses de Lidia es una de las cinco que hay autorizadas en España para mantener el libro genealógico de los animales de raza bovina de lidia.
Texto: EFE
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