Se han lidiado en la cuarta de feria seis novillos de Cebada Gago, astifinos pero justos de volumen, terciados en general; el cuarto y el sexto de la tarde, los más encastados, han sido aplaudidos en el arrastre.
Gómez del Pilar, saludos y silencio.
Rafael Cerro, silencio tras aviso y silencio.
Tomás Angulo, silencio y oreja.
Gómez del Pilar, uno de los novillero más esperados en la plaza riojana, se ha encontrado un primer toro que le ha durado muy poco, y aunque su faena ha tenido momentos de buen gusto y torería, ha dejado una estocada trasera y caída; su segundo, algo pegajoso, le ha llevado a un toreo por momentos vulgar y al final se ha visto desbordado y ha tenido que conformarse con el silencio del tendido.
Rafael Cerro ha empezado con una faena intermitente, sin ligazón, aunque la nobleza del animal le ha permitido momentos de calidad, se ha pasado y aviso; al matar ha recibido un golpe en el pie y eso ha hecho que en su siguiente toro nunca estuviera a gusto y se ha metido muy pronto entre pitones ante un animal que daba para más.
Tomás Angulo ha tenido un primer novillo complicado y aunque ha estado a gusto, no ha podido hacer más; con el sexto ha mantenido su toreo, con un novillo que aportaba más emoción, y gracias a sus naturales rematados hasta detrás de la cadera ha podido con el animal y ha dado una buena estocada que le ha valido una oreja.
Texto: EFE
Fotografía: www.laplazareal.net
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