21 de noviembre de 2012

Diversificar el negocio de bravo. Próxima parada, el copago ganadero

Ya es cansino hablar de la "crisis", si lo hacemos de las ganaderías de bravo, la cosa da para mucho. Lo peor está por venir en dos o tres años, a ver entonces quien tendrá toros con el trapío para las plazas de primera. Todos los ganaderos quitan vacas, mandan ganado al matadero, unos obligados, otros para eliminar gastos; el pienso no baja de precio, los toros no suben de precio… todo esto y más para llegar a la conclusión de que tener una ganadería de reses bravas es una ruina.
  
¿Soluciones a esto? Da para escribir otro artículo. Los que tienen para mantenerla con otros negocios aguantarán, los demás a morir por la patria. Visto lo cual las mentes pensantes si se ven acompañadas con algo de dinero ahorrado, buscan salidas para ingresos extras.

Parece que el negocio del vino y los embutidos se pone de moda entre los criadores de toros, ya conocemos las marcas de J. Pedro, El Pilar... y otros más. Incluso un ganadero ha probado con éxito la cecina de toro de lidia.

Ahora llega el más listo de la clase, Victorino Martín, y saca su propio vino con uvas de la tierra pacense y amenaza con "montarse en el dólar". Todo me parece lícito y estupendo, ya que hay que sacar dinero de donde sea. Pero lo bueno viene ahora, si esto se quiere promocionar entre la afición taurina, no queda otra que ir a la finca a probarlo. Y ahí puede que venga lo no deseado, que ya no se pueda visitar una finca de bravo en plan aficionado, sino como consumidor de todo lo que allí se exponga.

Conclusión: ingresos o diversificación del negocio, ¡cojonudo! Ahora bien que sea ya norma casi general pasar por taquilla para ver el toro en el campo, pues como que no. Fomento de la fiesta ¡sí! El negocio para otra cosa. "La taquilla en la plaza y no en la finca". Y si no que los ganaderos se unan de una vez y cobren los toros como es de ley... y todos contentos.

Texto y fotografías: Javier Salamanca

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