12 de noviembre de 2012

Iván Fandiño cortó la única oreja en Acho

Se realizó el segundo festejo del ciclo limeño y primera corrida de toros de la tradicional Feria del Señor de los Milagros 2012, en la que cortó una oreja el diestro español Iván Fandiño al quinto de la tarde, mientras que sus compañeros de terna: Javier Castaño y Fernando Roca Rey se fueron de vacío por culpa de las dificultades que sacó el ganado. 
  
Con un minuto de silencio en homenaje a Bartolomé Puigrós Planas, fallecido en agosto del presente año, quien fuera jefe de la página de El Comercio, se dio inicio a la corrida, la misma que empezó con Sol radiante y terminó en tarde nublada.

Se lidiaron seis toros del hierro de “Achury Viejo”, de propiedad de Felipe Rocha Medina, con divisa amarillo, verde y encarnada; que resultaron complicados y difíciles, propios de su encaste.

Javier Castaño (blanco y oro) en su primer toro lo recibió con verónicas jaleadas. El burel se empleó en el caballo, pero echa la cara arriba, recibe un segundo puyazo. En la muleta llegó con la cara alta, el matador le receta series con la derecha que no logra acoplarse. Va mejor por el pitón izquierdo, hay una serie ligada por el pitón derecho. Una estocada casi entera y tendida. Se silenció su labor. Con el cuarto de la tarde esta variado con el capote pero sin conectarse con el público. Castaño realizó su labor con la muleta con la montera puesta. Hubo derechazos y naturales con técnica pero sin arte. Continuaron más muletazos sueltos. Una estocada entera que acabó con el animal.

Iván Fandiño (verde esmeralda y oro), desde que se abrió de capa fue jaleado, recetó una serie que remata con una revolera pinturera. El puyazo de César caro fue muy ovacionado. Empezó su labor de franela con estatuarios movidillos, luego hay series con la derecha e izquierda largas, lentas y templadas, que son jaleados. Dejó una entera y oyó un aviso. Salió al tercio a recibir la ovación, hubo ligera petición de apéndice. Al quinto lo recibió con tres largas cambiadas de rodillas, que fueron jaleadas, las que fueron seguidas de verónicas finamente rematadas. El toro salió quebrantado del caballo. Empezó con muletazos por alto, rematando con los de pecho. Lo fue sobando al toro hasta que rompió embistiendo a regañadientes. Dejó una estocada desprendida y el Juez le otorgó una oreja.

Fernando Roca Rey (morado y azabache), se estiró en unas verónicas dejándose oír los olés en los tendidos. Ángelo Caro fue desestribado, el toro se quedó falto de un puyazo más. Con las banderillas se hizo aplaudir. Iniciando su faena de muleta fue cogido aparatosamente sin consecuencias. El toro se quedaba corto pegando tornillazos y calamocheando. El animal se puso mirón pero al matador le faltó mando. Dejó una entera que fue suficiente. Silencio. Con el sexto que cerró plaza Roca Rey se estiró en unas verónicas que no calaron en los tendidos. Joseph Rojas, picador de tanda le tapó la salida al toro. Nuevamente cogió las banderillas, las que puso por un solo pitón y salió por piernas. Con la muleta no se acopló, necesitaba lidia y mando, por su parte Fernando Roca Rey careció de claridad para darle lidia aparente. Una estocada entera acabó con la vida del burel colombiano y nuevamente el silencio fue el premio al matador.

Texto: Dikey Fernández
Fotografía: Luis Herencia

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