19 de noviembre de 2012

Puerta grande para Daniel Luque en la cuarta corrida en la Plaza México

En la cuarta corrida de la Temporada Grande 2012-2013 en la Monumental Plaza de Toros México, ante un tercio de entrada y tarde ventosa, se lidiaron toros de La Estancia, bien presentados pero de desigual comportamiento, sobresaliendo el jugado en tercer lugar que mereció el homenaje del arrastre lento. 
  
El capitalino Ignacio Garibay, (azul rey y oro) al tercio con petición en sus dos toros, el tijuanense Alejandro Amaya (azabache y azabache) aplausos y división,  el sevillano Daniel Luque, (azul marino y oro) dos orejas con arrastre lento al burel guanajuatense y aplausos en el que cerró plaza; salida en hombros y puerta grande.

Abrió el festejo Ignacio Garibay con Luna Negra, número 12, negro bragado y bien puesto con 475 kilos al cual veroniqueó sin acomodarse y bregó hacia el caballo; buena puya del picador Rodolfo Acosta. Le brindó al cónclave capitalino, después de estar ausente de éste coso por cinco largos años, para realizar un trasteo a un toro reparado de la vista aguantando horrores sobre todo por el pitón derecho y con el acero, una estocada delantera y caída para escuchar petición y saludar en el tercio.

Con el cuarto, Luna Llena, número 14, cárdeno claro botinero caribello y bien puesto con 470 kilos, farol de hinojos en los medios con el percal y con la pañosa, largos y templados derechazos en tres series y con la siniestra, naturales bajando el brazo, adornándose con una dosantína, a un toro que vino de más a menos y culminó con una certera estocada para tener petición y ser fuertemente ovacionado en el tercio.

Alejandro Amaya con Luna Turca, número 11, cárdeno obscuro bragado meano y cornivuelto con 472 kilos, verónicas rematadas con una preciosa media; mal picado por Gabriel Meléndez y bien banderilleado por Gustavo Campos que por enésima ocasión se desmonteró en el tercio. Brindó a todos, para doblarse con el guanajuatense del tercio a los medios y ahí, muleterarlo sin eco en el tendido, por lo que abrevió de pinchazo y estocada para escuchar palmas y pitos al toro en el arrastre.

Con el quinto de la tarde, Luna Rociera, número 28, entrepelado bragado y cornipaso con 478 kilos, poco con el percal y exacto puyazo de César Morales. Sin brindar, porque el toro no traía nada, muletazos a regañadientes hasta ser prendido sin consecuencias que lamentar: cuatro pinchazos, estocada caída y dos descabellos para escuchar división.

Con el mejor toro de La Estancia, Luna Brava, número 45, cárdeno obscuro bragado meano lucero y cornidelantero vuelto tocado del izquierdo con 485 kilos, Daniel Luque armó la escandalera con el percal, al recibirlo con ajustados mandíles y rematarlo con una media para cartel; quitazo por ajustadas chicuelinas. Con los garapullos, se desmonteró Antonio Punta Mena. Le brindó su trasteo a todos para hacer una faena que caló hondo en los aficionados capitalinos: comenzó con una dosantína, un pase de pecho y un desdén que pusieron de pie al tendido; naturales y derechazos en el mismo tenor a un toro fijo y noble que se dejó meter mano; derechazos sin el ayudado que tiró a la arena, todo culminado con un estoconazo hasta los gavilanes para cortar dos orejas que le otorgó el juez de plaza don Jorge Ramos y le entregó el alguacilillo Armando Ortega y conseguir la primera puerta grande la Temporada.

Cerró el festejo con Luna de Barro, número 31, sardo bragado meano y bien puesto con media tonelada de peso, poco de recibo con el percal y quitó por mandiles, Sin brindar, al ver que el toro de La Estancia no traía nada, un trasteo molestado por el fuerte viento y que finiquitó de pinchazo, media y dos descabellos para escuchar las últimas palmas de la gélida tarde.

Texto: Alejandro Escárcega
Fotografía: Archivo

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