10 de diciembre de 2012

Daniel Luque se llevó el Escapulario de Oro en Lima

El diestro sevillano Daniel Luque se alzó la tarde de ayer con el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros del 2012, tras la decisión del jurado calificador designado para tal fin. 
  
Alternó con Juan José Padilla quien cortó una oreja, mientras que Iván Fandiño que hizo el tercer paseíllo en la temporada, se fue de vacío.

En tarde nublada y fría, se lidiaron seis astados de la ganadería colombiana de San Esteban de Ovejas, con divisa amarilla, verde y plata, disparejos en bravura, reservones, sin fijeza y desarrollaron sentido. Devolvieron al primero de la tarde porque fue descordado en el tercio de varas.

Juan José Padilla de canela y oro, vio regresar a su primero haber sufrido un accidente en el primer tercio, corrieron el turno por lo que salió el segundo de su lote, al que lo recibió con un farol de rodillas. El toro recibió un largo puyazo, luego chicuelinas en los medios. Los tres pares de banderillas fáciles y de buena ejecución. A pesar de las embestidas sin fijeza Padilla le recetó muletazos que fueron jaleados. Una estocada traserilla y un descabello acabaron con la res. El presidente de plaza le otorgó una oreja. Con el cuarto que fue el primer sobrero no hay nada que reseñar con el percal. El picador se excedió después de haberse tocado el clarín y fue multado. En la muleta el morlaco se frenó, no tenía recorrido y el matador abrevió. Oyó palmas al término de la muerte del toro.

Ivan Fandiño trajeado de rosa y oro, el animal trota y se frena en el capote. César Caro le rectó dos puyazos del que sale suelto. Llegó a la faena de muleta probón y con poco recorrido. Faena de aliño, que culminó con media estocada y luego una entera caída, pegó un sainete con el descabello, hubo pitos. El quinto de la tarde fue alegre de salida y el matador variado con el capote. El toro no tuvo fijeza, se cuela y calamochea. Una estocada trasera fue suficiente y agradece las palmas desde los medios.

Daniel Luque vestido de blanco y oro, recetó verónicas de recibo que fueron jaleadas, y la serie de medias belmontinas fueron superiores. El toro fue repetidor y pronto, brindó al público limeño. Empezó la faena en tablas, el joven torero tiene una faena muleteril muy templada, toreó lento, gustándose, con mano baja. Variado con la franela, muletazos de diferentes facturas, todos bien rematados. Dejó una estocada en todo lo alto y de efecto fulminante. Los pañuelos blancos en los tendidos y las dos orejas fue el premio, que a la postre le sirvió para ganar el Escapulario de Oro. Con el que cerró plaza poco o nada pudo hacer por la falta de raza del animal. Si bien hubo dos tumbos el toro no tenía recorrido, muy por el contrario caminaba, esperaba y tenía media embestida. Una estocada entera acabó con el animal. Se silenció esa labor. Al término salió a hombros por la puerta grande.

Texto: Dikey Fernández
Fotografía: www.suertematador.com / Matías

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inserte su comentario