17 de diciembre de 2012

Puerta Grande para Juan José Padilla tras dos faenas para la historia en La México

Vaya de lo que se perdieron los aficionados a la fiesta brava por no asistir a la novena corrida de la Temporada Grande 2012-2013 en la Monumental Plaza de Toros México, en la cual el diestro español Juan José Padilla realizó dos faenas para el recuerdo, dos faenas emotivas, premiadas cada una con el corte de una oreja para salir en hombros por la puerta grande ante el paroxismo de las aficionados mexicanos. 
  
El capitalino Federico Pizarro, palmas y silencio y el aguascalentense Joselito Adame, al tercio, palmas y palmas en uno de regalo, ante un bien presentado pero descastado encierro de la ganadería jalisciense de Villa Carmela de don Alejandro Arena Torres Landa, solo sobresaliendo por su calidad el corrido en segundo lugar y el séptimo de regalo de Adame, ante un tercio de entrada en una tarde apacible y sin viento en el Valle de México.

Abrió el festejo Federico Pizarro (rosa mexicano y oro) con Defensor, número 112, negro bragado y cornidelantero con 495 kilos, al cual recibió animosamente con un par de cambiados de hinojos en tablas, y de pie, verónicas rematadas con una revolera en la boca de riego y quitó por gaoneras ahí mismo. Brindó al afortunado cónclave que asistió al festejo, para instrumentar dos cambiados por la espalda y derechazos a un toro rebrincón y naturales, en el mismo tenor; toreros doblones y estocada caída para escuchar palmas y pitos al toro en el arrastre.

El cuarto fue Viva el Arte, número 137, colorado ojinegro bragado y cornivuelto con 508 kilos; preciosos mandiles del tercio a los medios y en el último tercio el toro se apagó, para hacerle un trasteo a un toro débil, al cual finiquitó de certera estocada para escuchar silencio y pitos al toro.

Juan José Padilla (obispo y oro) empezó su triunfal tarde con Por Siempre, número 112, cárdeno claro nevado bragado meano y cornivuelto con 567 kilos, capoteándolo con aterciopeladas verónicas de recibo; bregó hacia el caballo y quitó con ajustadas chicuelinas en los medios. Banderilleó invitando a Adame, dejando tres aplaudidos pares de garapullos. Con la pañosa, una faena para la historia, derechazos, martinetes, trincherazos y un derechazo de vuelta entera; naturales, largos y templados, con un grito desde el tendido de sombra: !Torero Verdad¡, manoletinas y un abaniqueo por la cara, pinchazo en todo lo alto y estocadón para cortar una merecida oreja que le otorgó el juez de plaza don Gilberto Ruiz Torres y le entregó el alguacilillo José Julián Ayala. Aplausos al toro en el arrastre y apoteósica vuelta al ruedo de Padilla con la bandera de España y una bandera de corsario en la diestra y un sombrero de charro en la siniestra.

Con el quinto, Tradición, número 132, negro entrepelado bragado y cornivuelto tocado del derecho con 526 kilos, un toro que no traía nada y con el que Padilla hizo todo: cuatro largas cambiadas de hinojos y chicuelinas ante el delirio del tendido, bregó hacia el caballo y banderilleó estupendamente escuchando una diana desde las alturas. Le brindó su faena al matador mexicano Eulalio López Zotoluco, iniciándola con muletazos de hinojos en tablas y derechazos, aguantando horrores a un toro que  sabía lo que dejaba atrás; naturales jugándose el pellejo, rematados con un pase de pecho, rodilla en tierra y con la toledana, dejó un estoconazo hasta los gavilanes para cortar otra merecida oreja, que en ésta ocasión le entregó el doctor Saúl Rivera. Pitos al toro y clamorosa vuelta al ruedo con dos sombreros charros, uno en cada mano y salida en hombros por la puerta grande la Monumental de Insurgentes.

Joselito Adame (albo y oro) a Aficionado, número 143, cárdeno obscuro bragado meano y cornivuelto con 508 kilos, le hizo un buen quite por navarras e invitó a banderillear a Padilla, cubriendo espléndidamente los dos el tercio. Le brindó su trasteo al gobernador del Estado de Aguascalientes don Carlos Lozano De la Torre, para realizar una faena torera y tesonera, con muletazos de todas marcas y finiquitar de pinchazo y estocada caída para saludar en el tercio.

El sexto fue Raíces, número 124, negro entrepelado bragado meano y paliabierto con media tonelada de peso en los lomos; lo recibió con un complicado farol a porta gayola y dos más en tablas; quitó por zapopinas y remató con una garbosa revolera. Banderilleó espléndidamente, escuchando una diana y cerrada ovación del tendido. Y ahí, se apagó el toro, con la pañosa, muletazos a media altura, sacándole pases a regañadientes al descastado burel jalisciense; pinchazo y estocada para escuchar palmas y pitos al toro.

Regaló a la primera reserva, Siempre Unidos, número 122, cárdeno claro nevado bragado meano y cornivuelto con 475 kilos, al cual recibió animosamente a porta gayola, con un farol sin llevarlo toreado, salvándose de un percance y tres más en el tercio; quitó por chicuelinas y lo banderilleó lucidamente, siendo de nueva cuenta ovacionado. Brindó a todos los asistentes, para iniciar su faena con dos péndulos en la boca de riego y un trasteo por ambos pitones y que malogró con la espada; pinchazo, estocada y descabello para escuchar palmas, toro y torero.

Después del Sorteo y el entorilamiento de los astados de Villa Carmela, ante la estatua de Mario Moreno Cantinflas, se rindió un homenaje al escultor Humberto Peraza con las palabras de don Rafael Loret de Mola.

Texto: Alejandro Escárcega
Fotografía: Emilio Méndez / www.suertematador.com

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