20 de febrero de 2013

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y el diestro Joselito Adame cortaron dos orejas cada uno e hicieron vibrar a la afición que llenó la original plaza de toros La Petatera en Villa de Álvarez (México).
Plaza de toros de La Petatera de Villa de Álvarez (México), martes 19 de febrero de 2013. Lleno. Se lidiaron dos toros de Cuco Peña para rejones que dieron juego. Y para la lidia a pie, cuatro toros de Pablo Moreno de buen juego.

Pablo Hermoso de Mendoza (rejones), dos orejas y ovación.
Alfredo Ríos "El Conde", ovación y silencio.
Joselito Adame, dos orejas y ovación.

La plaza de toros de La Petatera de Villa de Álvarez (México), que cumple su ciento cincuenta y seis aniversario y cuya construcción es únicamente de troncos de madera, petates y cuerdas, fue declarada Monumento Artístico Nacional. El año pasado sufrió el ataque de los antitaurinos que le prendieron fuego y consiguieron herirla, pero no matarla. Esta temporada volvió a alzarse con toda su arcaica majestuosidad y por primera vez en esta temporada, alcanzó un lleno total en todos sus lugares. Incluso tuvo que devolverse boletaje porque el público con entrada en la mano, no cabía en los tendidos.
Y es que lo de Pablo y su tirón popular es algo único y sorprendente y parece como si en México cada año fuese a más. De cualquier forma después de ver la entrega del jinete, sus continuos triunfos y sobre todo su puesta en escena tan del gusto del aficionado mexicano, parece que esta complicidad tiene una explicación.

Pablo Hermoso de Mendoza volvió una vez más a justificar al boleto de los aficionados porque volvió a abrir una puerta grande, ya obtenida con su primer toro al que esperó en los medios con "Villa" y pronto comenzó a medirlo con giros toreando con la cola. Buen son el que mostró el toro y por eso limitó el castigo, dando entrada a "Disparate". Buen comienzo del castaño que pronto lo enceló en su cola y lo llevó galopando de costado a lo largo del amplio anillo colimeño. Aguantaba el toro los largos galopes y "Disparate" le iba consintiendo para que no se desfondara. Luego le dejaba tomar aire, se alejaba y despacito atacaba el encuentro en banderilla y en capotazos con el pecho.
"Habanero" cuajó una segunda parte de tercio de enorme transmisión, sobre todo en piruetas muy ajustadas y muy celebradas. Las repitió en varias ocasiones intercaladas entre las dos banderillas que colocó en todo lo alto. "Pirata" pisó el ruedo y con tres banderillas en la mano su jinete se fue al toro. Una tras otra las fue dejando en el morrillo, dando paso a la suerte del teléfono, que Hermoso ejecutó en varias ocasiones, siendo también muy festejado por el respetable. Muy despacio se fue "Pirata" al toro cuando Pablo agarró el rejón de muerte y colocó al toro en el mismo estribo para el navarro bajara la mano y colocara un rejón perfecto de colocación y de resultados para pasear las dos primeras orejas de la tarde.

No pudo sumar trofeos en su segundo merced a un pinchazo antes del rejón de muerte definitivo y a una pelea en los tendidos que le restó protagonismo en el último instante de la faena. Hubo petición, pero no suficiente a pesar de los buenos instantes que tuvieron toda la cuadra. Comenzó con "Napoleón", un caballo joven con el que cada día se ve a Pablo más a gusto. Dejó al toro con un rejón, tónica habitual en las últimas fechas, y dio entrada a "Manolete". El tordo encontró un toro que ayudaba y que galopaba templaba de costado tras la clara cola del caballo. Fueron los momentos más templados de esta lidia con un "Manolete" que medía perfectamente la embestida del toro y la aprovechaba para lucimiento suyo y de su jinete.
Cuando Pablo sacó a "Viriato" el toro ya era otro. Se había vuelto reservón, bruto en la embestida y lo cierto es que complicó bastante el lucimiento del caballo, que a pesar de todo eso, nunca volvió la cara y nunca se rajó. Fue un toma y daca continuo entre caballo y toro y ninguno de ellos daba tregua al otro. El toro buscaba y el caballo se dejaba ver, pero no llegar. Faena de valientes la de esta tarde de "Viriato". Y si de valor hablamos, para eso "Pirata" lidera el escalafón. Sin importarle las condiciones del toro se mete en su terreno, lo mide, parece que incluso lo intimida y ahí facilita la labor de su jinete. A una mano, a dos manos o con la hoja de peral, "Pirata" siempre está donde tiene que estar.

Texto y fotografía: Prensa de Hermoso de Mendoza

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