El debut
de Valdefresno en lugar del lote rechazado de Cebada Gago no causó
buena impresión debido a su falta de casta. David Mora salvó la tarde
cortando el único trofeo.
Alberto Aguilar, silencio y silencio.
David Mora, silencio y oreja.
Rubén Pinar, silencio en los dos.
Alberto Aguilar lidió al primero, un toro deslucido y complicado. El espada estuvo voluntarioso con firmeza intentando exprimir al astado pero éste último no se lo permitió. Con la espada no tuvo suerte, pinchando repetidas ocasiones.
Con el cuarto apenas pudo ligar dos tandas por su mansedumbre.
David Mora se las vio con el segundo de la tarde, un toro feo, alto de cruz y con pitones mirando al cielo. Los banderilleros no lo tuvieron fácil, poniendo en aprietos a los subalternos. Mora realizó un buen inicio de faena, pero el animal pronto se complicó y se refugió en tablas. El madrileño entró a matar al hilo de la barrera.
Con el quinto realizó su mejor faena pese a la poca calidad del toro. Mora, por encima del animal, consiguió tirar de él con la muleta, tapándole defectos. Estocada atravesada pero efectiva para pasear el único trofeo de la tarde.
Rubén Pinar realizó una buena faena al tercero, manejable y al que sacó tandas de mucho mérito pero no llegó a los tendidos.
Con el sexto poco pudo hacer, manso y descastado. Falló con los aceros para ser silenciado.
Fotografía: Archivo
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