19 de agosto de 2013

Excelente encierro de Pablo Moreno La México

La séptima novillada de la Temporada en la Plaza México, corrió un bien presentado encierro de lPablo Moreno, que desafortunadamente se fue inédito por los novilleros que conformaron este cartel.
La entrada fue la de costumbre y el clima, sin lluvia pero ventoso.

Abrió el festejo el capitalino Paulo Campero (oliva y oro), en su cuarto año como novillero con Cortesano, número 309, castaño aldinegro, bragado y cornidelantero, con 375 kilos. Salió Campero a por todas, con un farol de hinojos en tablas y de pie, verónicas del tercio a los medios y ahí, remató con una revolera para cartel. Quitó por emotivas gaoneras, hasta salir trompicado. Banderilleó alternando por ambos pitones. Con la pañosa, inició su trasteo de hinojos, siendo cogido. Al no poder muletearlo porque el novillo desarrolló sentido y el novillero ya no se pudo acomodar. Recibió un puntazo en el glúteo izquierdo. Finiquitó de una estocada caída para escuchar palmas.

El aguascalentense Alejandro López (rosa y azabache) con Revoltoso, número 40, negro listón bragado y bien puesto con 374 kilos. Dejó ir a un buen novillo al no acomodarse ni con el percal ni con la pañosa ni con el estoque. Escuchando un aviso y silencio del tendido.

El zacatecano Luis Ignacio Escobedo (azul marino y oro), nieto del ganadero don Manuel Ibargüengoitia y del aficionado práctico don Jaime Hugo Talancón Escobedo, hizo lo mejor de la tarde con Aguafiestas, número 223, negro listón bragado y cornivuelto con 420 kilos. Dos faroles en la boca de riego y sabrosas chicuelinas de recibo. Quitó por verónicas Paola San Román y le replicó Escobedo por chicuelinas. Le brindó al cielo a su señor padre, el cual falleciera la semana pasada, para realizar un trasteo torero y tesonero, con muletazos de todas marcas, a veces molestado por el viento. Y con la toledana perdió la oreja que ya tenía en la espuerta, tres pinchazos, estocada y dos descabellos con dos avisos entreverados que le envió el juez de plaza don Jorge Ramos y todo quedar en cerrada ovación.

La queretana Paola San Román (albo y azabache), nieta del matador Ernesto San Román "El Queretáno", con Cumplido, número 217, negro entretelado, bragado meano y paliabierto con 405 kilos. Se la vio solvente con el percal. El varilarguero Carlos Domínguez fue derribado por el astado jalisciense. Le brindó la novillera también al padre de Escobedo. Le recetó dos tandas de derechazos que pusieron de pie al tendido, hasta ser prendida y volar por los aires. Se fue a la enfermería y de allí regresó ya sin casaquilla, para seguirselo embraguetando y adornarse con manoletinas. Dos avisos, dos pinchazos y dos descabellos para escuchar palmas y por su propio pie volver a la enfermería.

El jalisciense Gómez Vega (rosa y oro) con Muñeco, número 48, cárdeno claro, bragado, nevado y cornivuelto con 400 kilos. Gaoneras con el percal y con la muleta una faena con la siniestra, molestado por el vendaval y al cambiarse de mano el engaño, fue cogido sin consecuencias que lamentar. Le mandaron un aviso sin tirarse a matar por pasarse del tiempo reglamentario. Estocada, para escuchar silencio.

Cerró el festejo Joaquín Ribeiro "Cuqui" (sangre de pichón y oro) con el mejor novillo del encierro, Desafiante, número 312, negro listón y bien puesto, con 370 kilos. Un astado que traía las orejas prendidas con alfileres y que el lisboeta desperdició al muletearlo en un trasteo que dejo frío al tendido. Al tirarse a matar se quedó en la cara del noble Desafiante, siendo cogido sin consecuencias que lamentar para escuchar las palmas de sus seguidores. Y ovación al jalisciense en el arrastre.
Alejandro Escarcega/Fotografía: La México

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