12 de septiembre de 2013

Los "samueles" estrellas de Albacete. La terna muy digna

Entretenida tarde ayer en Albacete, donde no faltó la emoción del encierro de Samuel Flores al que lidió la terna con entrega y valentía. Sergio Serrano paseó el único trofeo del festejo.
Plaza de toros de Albacete, miércoles 11 de septiembre de 2013. Cuarta de Feria. Media plaza. Toros de Samuel Flores de excelente presencia y variados de comportamiento. 3º 4º y 6º para Madrid, el 4º aplaudido en el arrastre; 2º desarrolló sentido; 5º sin casta y 1º peligroso.

Javier Castaño, silencio y ovación.
Rubén Pinar, vuelta al ruedo y silencio.
Sergio Serrano, oreja y silencio.

Cuadrillas: Se desmonteraron David Adalid y Fernando Sánchez tras parear al primero y al cuarto. Gran vara de Ricardo Romero al 6º de la tarde, muy aplaudido en su retirada.

La corrida de Samuel tuvo la salsa, toreo de verdad, el aplauso fácil de salida por sus bellas estampas, la emoción constante en los tendidos y un el peligro de aúpa, se conjugaron los oles con los ¡huy, huy y huy! de forma constante a excepción del quinto, el resto había que estar ahí, no podía haber faenas de carril ni de burra tonta, aprendían al hilo y otros lo traían consumado, pidieron carnet de toreros y medicina de amplio espectro. Conjugar miedo, valor y arte, en su medida los diestros lo consiguieron, saben que una vez en la calle todos satisfechos, sin hule y a salvo que no es poco de los toreros y toros.

Javier Castaño, tras un excelente tercio de la cuadrilla Marco en la lidia y el 2º par de Fernando Sánchez para retenerlo en la memoria mucho tiempo, los de Adalid no fueron menos. Castaño lo intentó ante un primero complicado y peligroso. Ligó mas con la derecha y templo por momentos, que estuvo a punto de prenderle. Falló a espadas y fue silenciado.
El cuarto fue un gran toro de Samuel Flores, aplaudido en el arrastre. Volvieron a desmonterarse Adalid y Sánchez en un excelente tercio de banderillas. Adalid se vio apurado en el último par, pero supo salir airoso. Gran lidia de Marco Galán. Faena de intensidad y rotundidad de Javier Castaño, que fue de más a menos. Comenzó de rodillas con una serie de cinco y el de pecho, ligó dos series de naturales, profundos, largos y con enjundia y torería. "Oiga", ¿dónde estaba la afición de Albacete? Volvió a la izquierda, dejó lances de uno en uno, al toro ya le costaba la faena a menos como el público. Mató de estocada y recogió una ovación solo cuatro pañuelos, en faena de verdad ante un tío y sin enmendarse, lastima otra vez será.

Rubén Pinar, fue imposible en el capote, bastante hizo con llegar a los medios ante la fiera. Se la jugó literalmente en cada pasaje, pitado de principio hasta que encontró la distancia y ahormo algo al bicho a otros los hubiera visto yo bien por el de Tobarra, vamos muy bien. Cambió la cosa y dos series de dominio por bajo y ligando en redondo encandilaron al público y un torero que a cada instantánea se presagiaba la tragedia, como así fue. Empitonado a nivel del tórax nos hizo temer lo peor y aquello quedó en suspense por el dramatismo. Volvió a recetar tres más de verdad y sin aspavientos, como si fuera un novillero, justificando a todas luces su inclusión en el cartel. Pinchazo y estocada y vuelta al ruedo tras petición no atendida. Ya llegaron los mediáticos del medio pase y caerán los apéndices. Pinar todo un tío.
El quinto fue un toro descastado. Pinar lo laceó bien a la verónica, muy suavemente. Formó su faena por ambos lados, pero sin transmisión. El toro levantaba la cara y no humilló nunca. El público pidió que abreviara y así lo hizo. Mató de media siendo silenciado

Sergio Serrano paseó una oreja de un toro que se dejó. Sus ganas de triunfo y la falta de contratos le obligaban ante los suyos a dar el do de pecho y a fe que lo consiguió en este toro, el tercero, el de menos miedo por delante. Tandas con las derechas bien trazadas y rematadas, en los medios y de mucho mando antes de dos invertidos completos bien ligados con el de pecho, al natural no tuvo la misma intensidad. El toro se fue a toriles dominado y remató con ajustadas manoletinas. Gran estocada y oreja.
El sexto fue un toro encastado y de gran presencia, por encima de Sergio Serrano, que se arriesgó con una larga cambiada en el tercio y comenzó la faena con dos pases cambiados por detrás escalofriantes posiblemente ese fue su gran error en vez de mandar por bajo de salida y someter á la fiera, toda una fiera. El toro fue a más punteando cada vez los engaños y Serrano no llegó a acoplarse a una embestida complicada de una animal con unos pitones impresionantes. Bastante hizo con estar, podrían decir algunos pero era su gran oportunidad y en justicia el toro mando en la plaza. Estacada baja y silencio.

Ignacio Rubio

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