21 de octubre de 2013

Burla para una escasa afición en el cierre de Pachuca

Acudimos a la Monumental de Pachuca con mucha ilusión para ver al diestro español Iván Fandiño, un torero que durante la temporada española nos hizo soñar al luchar contra el sistema taurino tradicional y que con alma y sangre se ganó un lugar privilegiado en la fiesta. Pero que desilusión señores y señoras…
Plaza de toros de Pachuca (México), domingo 20 de octubre de 2013. Última de feria. Un cuarto de entrada de una tarde con lluvia. Toros de Medina Ibarra, impresentables, débiles, mansos, sosos y un sobrero de regalo de La Venta del Refugio, justo de presentación y con nobleza.

Arturo Macías, oreja y oreja con protestas.
Iván Fandiño, oreja, silencio y dos orejas en el de regalo.
Sergio Flores, silencio y oreja.

Tras las malas noticias del día de ayer en Huamantla, pensamos que en Pachuca Ivan Fandiño se reivindicaría pero ¡Oh, sorpresa! Fandiño se presentó en la Vicente Segura con una gatada impresentable de Medina Ibarra.
Pero la culpa no fue solo del español, la culpa principal es de la empresa y autoridades que tras nueve tardes han pegado un petardo épico, engañando a la afición y a la prensa taurina al prometer una feria en donde tarde tras tarde veríamos toros, lo cual solo pasó en los festejos modestos, en aquellos en los que los toreros y apoderados tienen que tragar con lo que les suelten por la puerta de toriles. Como el que lidió Juan Luis Silis.

Y a pesar de la gatada que lidió Fandiño hay que decir que estuvo por momentos en figura, especialmente con el de regalo de la Venta de Refugio con el que demostró el gran torero que es, pero ante estos becerritos la grandeza de Fandiño se desluce. Tras una serie de naturales muy largos con mucha transmisión y sentimiento señaló un estocadón y se llevó dos orejas de ley. Pero nos hubiera gustado verlo con una corrida de toros y no con estos becerritos, bobos y descastados.
A su primero le tumbó otra oreja tras una faena derechista. Con el quinto abrevió al estrellarse con un manso perdido y un torrencial aguacero.

Los diestros mexicanos más acostumbrados a este tipo de gatadas salieron más relajados, sin ninguna vergüenza, como por ejemplo El Cejas que anduvo muy sonriente toda la tarde y que también resultó triunfador al cortar dos orejas muy a su manera y con eso creo que digo todo. Fue una oreja a cada toro de su lote, siendo la cortada al cuarto muy protestada por el escaso público asistente.

El que no dice nada y es preocupante es el tlaxcalteca Sergio Flores, que se le ve apagado, sin sello ni carisma. Es una pena pero tras su paso por Madrid el pasado 12 de octubre en donde algunos esperaban que recuperara el camino que apuntó de novillero, solo demostró lo que viene dejando en cada tarde en la que se le anuncia: muchas dudas.

La entrada fue mala, producto del mal clima y al parecer por el hastío de la afición hidalguense, que parece no estar interesada en las corridas de toros, esto lo digo basado en las pobres entradas registradas durante toda la feria.

Qué pena por la fiesta brava en el Estado de Hidalgo, porque ninguna empresa (quitando la de Ballieres) puede soportar por mucho tiempo estos petardos económicos.

A ver si el próximo año no se arrepienten todos.
Juan Carlos Valadez/De Sol y sombra/Fotografía: Prensa Iván Fandiño

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