Grata y emotiva resultó la presentación en México del libro "Zotoluco, la apuesta de un sueño", de Juan Antonio de Labra, y que contó con la presencia de buena parte de la llamada familia taurina.
Al inicio del evento se proyectó el video que acompaña al libro, el cual consta de varias imágenes importantes de la carrera de Zotoluco y desde su etapa como novillero. Acto seguido, y en lo que fue un sabroso entremés, Juan Antonio Hernández presentó el reportaje que le realizó al torero durante su visita a la ganadería de Zotoluca, lugar de origen de su dinastía y al que nunca había tenido oportunidad de acudir.
Ya en la etapa de las intervenciones, José Marrón explicó que su fundación patrocinó esta obra con gusto e ilusión. La Fundación Marrón, comentó el ganadero, nace para promover la salud y la cultura; anualmente se dan alrededor de 100 operaciones de cataratas, mantiene un instituto para el apoyo a personas con problemas cerebrales, investigación del cáncer y donaciones.
En otro orden de ideas, Marrón externó que esta obra es un reconocimiento a la trayectoria de Zotoluco, cuando el maestro todavía está en plenitud de facultades y toreando. Explicó que el costo será de 300 pesos y ese dinero, de forma íntegra, irá a la Fundación Zotoluco, que apoya a niños ciegos y débiles visuales. Asimismo, el ganadero destacó que Eulalio es un ejemplo de lucha y superación, un ser humano inteligente.
Por su parte, Heriberto Murrieta presentó un resumen de los temas contenidos en el libro, que van desde los inicios de la carrera de Zotoluco, su consolidación, las temporadas en España y hasta llegar a la creación de su fundación. Habló también de la trayectoria del maestro, misma que ha seguido muy de cerca prácticamente desde los albores.
Dijo que Zotoluco pertenece a la cultura del esfuerzo de este país y que salió adelante con base en dedicación, sobreponiéndose a las dificultades propias de una cuna sencilla. Acto seguido, Murrieta destacó las cualidades periodísticas de Juan Antonio de Labra, quien después hizo uso de la palabra.
De Labra recordó a don Eulalio López, padre del maestro, fallecido hace algunos meses y que tanto apoyo a su hijo en su carrera, apostándole mucho. Siempre con discreción y sin "dejarse ver". El autor comentó que, al momento de la redacción del libro, procuró siempre ser lo más objetivo posible y ponderar todos los elementos de forma equilibrada, además de dar voz a muchos compañeros de la prensa.
Explicó que Zotoluco es capaz de aglutinar dos facetas en su tauromaquia: la del torero poderoso y de garra, y la del torero de pausa, de espacio y de tiempo, cadencia y suavidad. Destacó también la determinación que siempre ha mostrado para salir adelante, gracias al trabajo y al esfuerzo.
Finalmente tomó la palabra Eulalio López "Zotoluco", que de entrada manifestó el amor y reconocimiento a sus padres, que desafortunadamente ya fallecieron y no pudieron estar en este momento, además de agradecer a todos los asistentes, especialmente a su esposa Leticia y a hijos Álvaro y José María, así como a José Marrón por la idea de este libro.
Lalo recordó que viene de una familia humilde, pero muy trabajadora y que se ha ganado todo gracias al trabajo duro. Comentó que sigue disfrutando de su profesión y que la estrategia que lleva junto con sus apoderados -Alejandro Silveti y Alonso Cuevas- ha funcionado muy bien, pues está toreando menos pero con mayor calidad.
Dijo, además, que el proyecto de su fundación busca devolverle un poco a la vida de todo lo que le ha dado. Explicó que tienen ya 25 niños, invidentes todo ellos, y que con base en mucho esfuerzo todo va saliendo adelante. El objetivo del libro es, por un lado, que el público conozca más de sus raíces y carrera, pero además que se puedan recaudar fondos para esta Fundación Zotoluco.
Tras la ceremonia de presentación, tanto Zotoluco como De Labra dedicaron un buen tiempo a firmar libros, mismos que estuvieron a la venta y, para la prensa, se tuvo el detalle de obsequiarlo. Así, en medio de un brindis muy ameno, se redondeó la velada en el Presidente Intercontinental.
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