4 de noviembre de 2013

Zotoluco maestro, Morante detalles y Silveti valiente

En tarde agradable, de buen ambiente y gran inicio con el triunfo del maestro Zotoluco cortando una oreja a un noble toro de Julián Hamdan, se dio la segunda corrida de la temporada de la Monumental de México.
Plaza de toros Monumental de México, domingo 3 de octubre de 2013. 2º corrida de la Temporada Grande. Cerca de 26.000 personas. Se lidiaron toros de Julián Hamdán, distintos en presentación y juego.

Eulalio López "Zotoculo", oreja con petición de segunda y silencio.
Morante de la Puebla, silencio y silencio tras un aviso.
Diego Silveti, silencio y silencio tras un aviso.

Sin embargo, la fiesta brava es por ello que tiene el interés y el contraste en cuanto hay un cambio y esto fue lo que continuó en una tarde donde se vivió de todo, desde habernos deleitado una gran faena de inteligencia, de mando, de entendimiento y de consentir las embestidas de un toro con cierta debilidad en los remos, pero con la inteligencia del torero, en este caso del maestro Zotoluco, se pudo mostrar la calidad del toro que había que dejar que aflorara y dejara ver las cualidades de este. Claro está que pocos son los toreros que pueden "ver" a los toros  y comprenderlos en todo su valor, así fue lo realizado por Eulalio López "Zotoluco", maestro indiscutible, que hiciera aflorar lo que el primer toro de Julián Handam tenía de bueno. Cerrando su faena con una estocada que sola ya valía la oreja ganada, pero el juez no supo ver la faena que le antecedió a la estocada, debiendo haberle premiado como mínimo con las dos orejas a la obra maestra que ahí quedó para ver quien la mejora.
El segundo toro de Zotoluco fue devuelto a los corrales tras otra devolución que le antecedió a este toro, y que no debió regresar el juez ahí cambió la decoración de la tarde. Salió en su lugar un reserva de Celia Barbosa que no valía ni tenía casta ni fondo. Zotoluco se deshizo de este pronto, de tres pinchazos y media.

Morante de la Puebla estuvo en Morante, en detallista y conservando a sus partidarios que saben que cuando está de vena, saca a relucir esos detalles artísticos y logra convencer al que más, ya sea con lo muy bien toreado a la verónica, o como sus remates con la media a pies juntos y con la muleta esos detalles de "pellizco" que solo a Morante se le agradecen con el toro bueno y con el malo. Esta tarde vendió cuatro verónicas a buen precio, dos medias y cuatro pases de muleta con su primero.
Mejores sí se puede, fueron otras cuatro verónicas a su segundo toro y nuevos chispazos de muleta incluidos dos de trinchera y el molinete a tiempo metiéndose entre los costillares. Mal con la espada y no hubo trofeo alguno, pero su cartel sigue reafirmado de ser y seguir siendo el Morante del pellizco, por algo es Morante, el de la Puebla.

El joven Diego Silveti vio regresar al toro marcado con el número 100 de Julián Handam, que era más toro que otros de sus hermanos y no lo pudieron ver en su totalidad. Es más, no lo dejaron ver y quienes lo aprobaron lo echaron atrás (?) Salió un sobrero de Celia Barbabosa, otro toro sin fondo, ni bravura, escaso de casta con el que no podía hacerse nada o casi nada.
Y cerró Silveti la tarde con un toro de Julián Handam al cual le toreó por verónicas, quite por gaoneras ajustadas y cuando parecía que no habría faena, se metió entre los pitones el torero, que no haber pinchado una vez antes de la estocada y dos descabellos, se le hubiera premiado con algún trofeo mínimo por valiente, eso que nadie le enseñó a Diego, esto lo trae en la sangre, mezcla de su padre, de su tío y de toda la familia Silveti que para esto se la saber rifar la hora buena.

Una salida al tercio por sendos pares de banderillas de Christian Sánchez fue lo sobresaliente entre los subalternos.


La México

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