13 de mayo de 2015

Desacertado Juan del Álamo y Paco Ureña, volteado dos veces

El encierro de Pedraza de Yeltes, voluminoso y de mucha báscula, no dio el juego esperado por descastado este martes en Madrid. Destacó Juan del Álamo pero que no remató la faena. Paco Ureña (foto) fue volteado por sus dos oponentes.
Plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid, martes 12 de mayo de 2015. 5ª de la Feria de San Isidro. Más de media. Se lidiaron seis toros de Pedraza de Yeltes, grandes, voluminosos, con alzada y báscula, pero descastados y faltos de transmisión.

Javier Castaño, silencio tras un aviso en ambos.
Paco Ureña, silencio en los dos.
Juan del Álamo, saludos tras un aviso y silencio.

Incidencias: Paco Ureña fue volteado por su primero y segundo toro, por lo que tuvo que pasar por enfermería. El parte médico es el siguiente: "Puntazo sobre cresta iliaca derecha y puntazo con hematoma en músculo anterior izquierdo. Pronóstico leve que no le impide continuar la lidia".

Cuadrillas: Se desmonteraron los banderilleros Ángel Otero y Fernando Sánchez, de la cuadrilla de Javier Castaño. Aplaudidos los picadores Fernando Sánchez y Tito Sandoval, también con Javier Castaño, y Paco María, en la cuadrilla de Juan del Álamo.

Juan del Álamo ha protagonizado los mejores momentos de la tarde en el toreo a la verónica y en una faena de más a menos en su primer toro, iniciada con inteligencia entre las rayas y en la que instrumento tandas muy aplaudidas con la derecha y buenas series de naturales. Poco duró el toro y Juan del Álamo no pudo redondear una faena, rematada con espadazo delantero y caído.

Paco Ureña afrontó su segunda tarde con una actitud mucho más exigente y se vio fuertemente volteado en el primer natural que intentó a su primer toro. Se la jugó con esa mano y mató de estocadas caída.
Volvió a ser cogido en su segundo, corrido en sexto lugar, al que instrumentó una faena larga y sin eco.

Javier Castaño tuvo un lote difícil y salvo en los primeros compases de la faena al primero no obtuvo respuesta del público. Tampoco en el cuarto, que derribó con estrépito en la primera vara, consiguió lucimiento. Si lo tuvo la cuadrilla de banderilleros, de la que saludaron montera en mano Ángel Otero y Fernando Sánchez tras el segundo tercio del cuarto. Buena tarde de los picadores.

La corrida, deslucida en general, arrojó en la báscula un peso medio de 611 kilos.
 
Las Ventas/Fotografía: Álvaro Marcos/Las Ventas

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