El
diestro sevillano Daniel Luque mostró resolución toreando en solitario
seis toros de otras tantas ganaderías, cortando tres orejas ayer jueves
en Zaragoza. El reglamento aragonés le impidió salir a hombros.
Plaza de toros de la Misericordia de Zaragoza,
jueves 9 de octubre de 2014. 5ª de feria. Casi tres cuartos. Se
lidiaron un toro de cada una de las ganaderías y en este orden de Antonio Bañuelos, Fuente Ymbro, Alcurrucén, Victorino Martín, Victoriano del Río y Puerto de San Lorenzo, distintos de presentación y juego.Daniel Luque, único espada, oreja con fuerte petición de segunda y dos vueltas al ruedo, silencio, oreja tras un aviso, oreja, silencio y palmas.
Incidencias: el sobresaliente Manuel Martorell resultó herido de asta en un quite al tercero.
Parte médico de Manuel Martorell: "intervenido por cornada con orificio de entrada de 4 centímetros a nivel del cuarto espacio intercostal del hemitórax derecho, con trayectoria ascendente de 15 centímetros que desgarra las fibras del músculo pectoral mayor y produce orificio de salida de 2 centímetros en la axila. Pronóstico grave, pendiente de estudio por imagen".
Daniel Luque mostró una vez más su facilidad para la lidia ante unos toros que no le permitieron el lucimiento por falta de raza. El mejor fue el que abrió plaza que mostró bravura y el sevillano supo aprovechar bien su embestida. Lo saludó por chicuelinas y redondeó su faena con una muy templada muleta pero falta de mayor entrega. El público solicitó los dos apéndices pero el presidente concedió solamente uno, impidiendo a Luque salir a hombros ya que el reglamento taurino aragonés exige para ello cortar dos apéndices del mismo astado.
El de Alcurrucén resultó muy manejable. Salió en tercer lugar y corneó gravemente al sobresaliente Manuel Carbonell cuando éste hizo un quite por gaoneras. Luque paseó otro apéndice.
El cuarto, de Victorino Martín, un toro de incierta embestida. El sevillano supo imponerse hasta que el cornudo se rajó en tablas. Se le premió con una oreja.
El resto de astados no permitió el lucimiento del valiente diestro. Con ellos poco pudo hacer con el capote y poco más con la muleta, además estuvo incierto con la espada.
Fotografía: Plaza toros de Zaragoza
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