El próximo domingo 12 de octubre en la plaza de toros de Las Ventas se presentarán los libros "Zacarías Lecumberri. El estoqueador aventurero" y "Bizkaia Taurina (plazas de toros vizcaínas)".
Además del autor del libro en la presentación estarán Carlos Abella, Director-Gerente del Centro de Asuntos Taurino; Antonio Petit Caro, Escritor Taurino y Director de Taurologia (www.taurologia.com), y Asier Guezuraga, Escritor y Ex directivo del Club Cocherito de Bilbao.
Zacarías Lekumberri (El estoqueador Aventurero)
Como indica Asier Guezuraga en el prólogo a este libro, resulta difícil “glosar una figura cuya aura atrajo a autores como Unamuno, que decía de él ‘que toreaba en vascuence sin traducir’, o Wenceslao Fernández Flórez, que aseguraba que ‘nuestra devoción, en estas cosas de toros, está con Lekumberri’”. El mismo Guezuraga reconoce que si hay alguien que puede hacerlo, alguien que aúne “capacidad literaria y conocimiento del medio, es Antonio Fernández Casado”.
Zacarías Lecumberri: El estoqueador aventurero resume la obra y milagros de este controvertido novillero y capitán de la marina mercante de Busturia. Su vida fue extraordinaria en todos los sentidos. Lecum era una fuerza pura de la naturaleza, un morrosko extravagante que lo mismo se liaba a tortas con un novillo que lo agarraba por los cuernos para derribarlo. Durante la guerra civil no dudó en mostrar su adhesión por el bando franquista, lo que le granjeó múltiples antipatías en su tierra. Y si bien no murió con el traje de luces puesto, sí acabó sus días en alta mar, como el marino vocacional que era.
Bizkaia Taurina (Plazas de toros vizcaínas)
En una guía taurina de 1910, en el apartado correspondiente a las plazas de toros estables y de larga tradición levantadas en la provincia foral de Bizkaia, aparecen siete de las principales localidades vizcaínas. La mayoría de aquellos cosos tenían aforos de entre tres mil y cinco mil espectadores, capacidad que en algunos casos excedía al número de habitantes del propio pueblo.
En todas aquellas plazas, grandes o chicas, el espectáculo taurino era parte indispensable de las festividades religiosas (San Pedro, en Berriz y Dima; la Virgen del Carmen, en Zornotza y Santurtzi; San Antonio, en Durango; San Roque, en Plencia, Gernika y Portugalete; Andra Mari y Santa Eufemia, en Bermeo; la Virgen de la Antigua, en las Encartaciones; San Ignacio, en Getxo). No en vano, la lidia de toros bravos fue el primer gran espectáculo de masas en los municipios vizcaínos, y en la rica y poderosa villa de Bilbao del siglo XIX era recibido con gran aceptación.
Zacarías Lekumberri (El estoqueador Aventurero)
Como indica Asier Guezuraga en el prólogo a este libro, resulta difícil “glosar una figura cuya aura atrajo a autores como Unamuno, que decía de él ‘que toreaba en vascuence sin traducir’, o Wenceslao Fernández Flórez, que aseguraba que ‘nuestra devoción, en estas cosas de toros, está con Lekumberri’”. El mismo Guezuraga reconoce que si hay alguien que puede hacerlo, alguien que aúne “capacidad literaria y conocimiento del medio, es Antonio Fernández Casado”.
Zacarías Lecumberri: El estoqueador aventurero resume la obra y milagros de este controvertido novillero y capitán de la marina mercante de Busturia. Su vida fue extraordinaria en todos los sentidos. Lecum era una fuerza pura de la naturaleza, un morrosko extravagante que lo mismo se liaba a tortas con un novillo que lo agarraba por los cuernos para derribarlo. Durante la guerra civil no dudó en mostrar su adhesión por el bando franquista, lo que le granjeó múltiples antipatías en su tierra. Y si bien no murió con el traje de luces puesto, sí acabó sus días en alta mar, como el marino vocacional que era.
Bizkaia Taurina (Plazas de toros vizcaínas)
En una guía taurina de 1910, en el apartado correspondiente a las plazas de toros estables y de larga tradición levantadas en la provincia foral de Bizkaia, aparecen siete de las principales localidades vizcaínas. La mayoría de aquellos cosos tenían aforos de entre tres mil y cinco mil espectadores, capacidad que en algunos casos excedía al número de habitantes del propio pueblo.
En todas aquellas plazas, grandes o chicas, el espectáculo taurino era parte indispensable de las festividades religiosas (San Pedro, en Berriz y Dima; la Virgen del Carmen, en Zornotza y Santurtzi; San Antonio, en Durango; San Roque, en Plencia, Gernika y Portugalete; Andra Mari y Santa Eufemia, en Bermeo; la Virgen de la Antigua, en las Encartaciones; San Ignacio, en Getxo). No en vano, la lidia de toros bravos fue el primer gran espectáculo de masas en los municipios vizcaínos, y en la rica y poderosa villa de Bilbao del siglo XIX era recibido con gran aceptación.
Las Ventas/Editorial Cátedra
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