Finito
de Córdoba, Javier Conde, Javier Castaño y Jesús Enrique Colombo,
cortaron cada uno dos orejas y un rabo en el festival de Samuel Flores
en Povedilla (Albacete).
Plaza de toros de Povedilla (Albacete), domingo 5 de octubre de 2014. Lleno total. Se lidiaron cinco novillos de Samuel Flores, flojos pero manejables. Vuelta al ruedo al 3º y 4º. Finito de Córdoba, dos orejas y rabo.
Enrique Ponce, oreja.
Javier Conde, dos orejas y rabo vuelta al ruedo al novillo
Javier Castaño, dos orejas y rabo y vuelta al ruedo al novillo
Jesús Enrique Colombo, dos orejas y rabo.
Describir una tarde e fiesta de toros se resume a veces con pocos avatares en el pensamiento, visitar una plaza y un ambiente taurino por los cuatro costados, en el mapa del toro bravo y sobre todo en la cuna de una familia que lo ha dado todo por el toro bravo y continua en esa línea más allá de quien rija en la fiesta, de quien mande en ella y un pueblo en pos de mantener sus raíces y a sus gentes.
Hablar de Samuel Flores en Povedilla es hablar de honradez, de entrega, de verdad, de sentimiento y de un respeto indescriptible. Óiganme escuchar de su voz los oles según surgen, exclamar la cadencia de un muletazo o "la acometividad de una res", es para escucharlo y que no se lo cuenten. Don Samuel Flores y su familia en número abundante por presencia, hijo, nueras, nietos y todo un elenco de amistades, Estrella Morente, Francisco Camps, Calamaro, Juan Lamarca y un largo sin fin. Los tendidos repletos a más no poder y una complicidad de amistad desde el ruedo al palco y los tendidos. En definitiva una tarde de toros para el recuerdo, donde casi lo de menos fue lo artístico que lo fue, en dos novillos de una nobleza exquisita premiados con la vuelta al ruedo, 3º y 4º y al que debió acompañar el quinto.
De los toreros, todos agradaron en su línea, Finito, Conde al que por cierto brindó a Samuel hijo y entregó los trofeos a la pequeña de Ponce, al que entregó una rosa besando a Estrella Morente, su esposa. Al faenón de Castaño de principio a fin, al notable Marco Galán con el capote y Fernández con los palos. Ya les digo una tarde para no olvidar. Un novillero en pos de próxima figura del toreo, Colombo, un venezolano al que ya vimos en Linares y que hoy de nuevo bordó el toreo al natural, en redondo, con una plasticidad y una cadencia en los manejos de extraordinaria belleza. Ojo a este chico que viene arreando fuerte.
Tomar nota, el publico de chapeau, al igual que la charanga y para finalizar con Manuel Pérez en el "bar El Jaro" donde la amistad y el buen gusto rebosa hasta límites insospechados. Qué camaradería señores, su yerno Abel como anfitrión estrella, va por ellos y el pueblo de Povedilla. Donde el Ayuntamiento es empresa y modelo a seguir.
Enhorabuena a todos y a la familia Samuel Flores por descontado, ofreciendo su casa a todos los toreros.
Ignacio Rubio/Fotografía: Antonio López
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