14 de mayo de 2012

La Rinconada y Carlos Aranda en triunfo Grande

Carlos Aranda cortó tres orejas en el festejo de Corral de Calatrava (Ciudad Real).

Corral de Calatrava (Ciudad Real), domingo 13 de mayo de 2012. Casi lleno. Novillos de La Rinconada de excelente presentación y juego. Bravo el segundo nº 45 de nombre “Jalistero”, premiado con la vuelta al ruedo que los mulilleros  pasaron por alto. Deberían estar más atentos a las indicaciones del palco y dejar su show particular. Después el tercero fuerte y deslucido y cuarto y bombón de nobleza con su picante.

Antonio Linares, palmas y oreja.
Carlos Aranda, dos orejas y oreja.

El Festejo de Corral de Calatrava, población de 1500 habitantes, es más que un sacrificio organizar toros y gracias a la gestión municipal y la colaboración de empresas y en particular de “Quesos Navas Loshace” y su propietario Manuel Reinosa nos ofrecieron todo un espectáculo en novillada y doma flamenca donde destacó el guitarrista Ricardo Fernández y el Porti al cante.

Antonio Linares destacó con el capote y en redondos con la muleta algo más distante al natural cerro con bernardinas muy ajustadas fallando con los aceros con estocada que hizo guardia, fue aplaudido en su segundo una labor en tablas donde pedía guerra su oponente el más deslucido del gran encierro de La Rinconada que vuelve a triunfar dos años seguidos, Antonio lo lucio en terrenos de sombra y al hilo de tablas  de nuevo la espada le jugó una mala pasada al tercer intento descoordinó al animal y fue apuntillado , oreja  que paseó.

Carlos Aranda, sigue  franca progresión, con detalles muy toreros como el quite al primero de la tarde por gaoneras, el novillo pedía el carnet de torero y el de Daimiel  dio todo un recital de temple por ambos pitones, faltando embraguetarse  más y ceñir los embroques. Aun así  la ligazón fue el fuerte de su faena, ante un bravo novillo al que no se podía perder la cara, manoletinas finales y estocada para dos orejas  este novillo lo brindo a José Sarrión, uno de sus mentores. En el que cerraba plaza y al cante el Porti, dedicándole la canción personalizada al daimieleño. Estuvo soberbio en todas las suertes desde el farol de rodillas de recibo como en las verónicas llenas de temple, faena donde destacó al natural y el cambio de mano, trincheras finales con mucho sabor, para después perder el gran triunfo con la espada tras tres pinchazos e infinidad de descabellos hasta que el animal se echó aburrido. Oreja de complacencia que no hace ningún favor al chaval.

Texto: Ignacio Rubio / Prensa Las Ventas
Fotografía: Ignacio Rubio

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