5 de junio de 2012

El pelaje de los toros, su hierro y la falta de criterio

Un buen amigo me llamó el otro día durante el festejo  de esa tarde isidril, estaba viendo un partido de baloncesto donde el Real Madrid se la jugaba, no falló y paso a la final de la ACB, se las verá con el Barça.

Estoy seguro que las 13.000 gargantas que había en el Palacio de deportes gritaban todas para llevar a sus chicos al triunfo. Ustedes dirán que esto a que viene, ahora seguimos.

Si el Madrid gana por ejemplo por más de 20 puntos de diferencia, digo yo que algo habrá hecho bien, si el de fútbol pierde en el Bernabéu 0-5 con el equipo que sea, muy bien no jugaría y por consiguiente no habrá más remedio que felicitar al contrario y dar una colleja a los nuestros.

No, en los toros no es así y mucho menos en la que dicen primera plaza del mundo. En Las Ventas como en otros sitios hay sus manías, fobias, bulas, favoritismos… todo dentro de una lógica que no tenía que perderse y que por desgracia va pasando a ser fanatismo y defensa a ultranza de lo que a uno más le gusta aunque pegue un petardo, sea torero o ganadero. Yo también tengo mis gustos ganaderos, pero ¿y qué? Solo vemos lo nuestro, si una tarde salen los llamados “nuestros” y no valen un pimiento, ¿hay que justificarlos? Pues no, pero muchos lo hacen y eso es falta de criterio y amiguismo barato y del malo, si a esos toros les cambiamos el pelaje y el hierro, ya sí que se los puede atizar. Exigencia para todos, justicia para todos y reparto del éxito para quien se lo merezca, sea el toro colorado, negro o cárdeno y del encaste que sea.

A mí me gustó el segundo novillo de “Guadaira” de nombre ”Pintor”. No era cárdeno ni llevaba el hierro de ganaderías preferidas por mí, pero las cosas son así y hay que decirlas, y si alguno me quiere excomulgar por ello es su problema.

Con los de luces pasa igual, no voy a hablar más de “El Cid”, lo haré de la nueva "esperanza madrileña" Iván Fandiño. Ya empieza a tener bula y no es nadie aún. La tarde de Adolfo a su buen tercer toro de nombre “Mulillero” no lo mató a estoque, como es de obligado cumplimiento, tras varios fallos y con el tercer aviso cerca usó el descabello, pregunto ¿Se le recriminó algo al torero? No. Si lo hace otro y recibe pitos ya sí que vale. Ni el sector llamado duro dijo ni pío.

Casos así a montones, la plaza de Madrid baja cada año más, la anarquía es total y el desmadre y la falta de criterio es cada año mayor y no me pregunten la razón, puede que esa obsesión por defender a ultranza lo que llamamos “nuestro” nos pierda. Matices taurinos hay muchos al analizar una tarde, pero he visto y leído a personas que han aplaudido y llamado bravo a un toro que se fue tres veces corriendo suelto al sentir el hierro de la vara, así no señores, aplausos a todos y para todos, se olviden ustedes del hierro, del propietario y del pelaje del toro.

Alguien puede esperar que comente algo de la actitud de la masa isidril, pues voy a hacerlo. Los llamados Isidros ya no solo anidan en la zona clavelera o en el cinco y seis solanero, hasta en el 7 ya asoman la cabeza y toman fuerza, ocupan abonos que en otros tiempos eran de aficionados duros y exigentes de verdad, se pasan toda la tarde cotorreando y comiendo, bien está que se aprenda, pero no mirando al ruedo poco se puede aprender. Yo tengo abono en esa zona y a veces me voy a otro tendido y la diferencia es cada vez menor. ¿Tendrán que venir alguno de los del 15-M, a tocar las narices para que esa zona se levante de la siesta o está ya todo perdido?

Lo dicho, el triunfador de la feria es el banquero que guarde las ganancias del tripartito y los perdedores somos los de siempre, la sufrida, desorientada y aborregada afición cuyo declive ya hace mas de 20 años predijo un tal Joaquín Vidal.

Texto: Javier Salamanca
Fotografía: Archivo

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