31 de julio de 2012

Belmonte y Manolete, dos toreros anárquicos

Como sigue siendo habitual desde hace catorce años, Baeza (Jaén) comienza su Feria Taurina con un brillantísimo acto como es el Pregón Taurino.

Pregón Taurino que este año ha estado a cargo del escritor ecijano D. Francisco Laguna a quien acompañó a la guitarra en alocuciones convertidas en poéticos pasajes, su hijo Miguel.

El patio principal del Palacio Fortaleza Sánchez Valenzuela se convirtió este pasado domingo en una velada llena de arte, noche de pasmo, noche de embrujo. Dos toreros, Juan y Manuel. Juan Belmonte el “Pasmo de Triana”, Manuel Rodríguez “Manolete” el “monstruo” y “Califa” de Córdoba. Dos ciudades, Sevilla y Córdoba, cuna de grandes toreros y verdaderos artífices de la Tauromaquia.

Abogó en primer lugar Francisco Laguna que para dar un Pregón Taurino, lo primordial es ser un amante a la Fiesta de los Toros. Les puedo asegurar que el señor Laguna convirtió en verdad sus palabras.

Una ciudad, Baeza; donde como aseguró, había que venir un día sí y al otro también; donde dar un Pregón Taurino es mucho más para todos aquellos que amamos la Fiesta de los Toros; y hablar de toros en Baeza es como la guinda final que adorna un pastel.

Baeza, ciudad de tradición taurina muy arraigada, un ruedo del que se podía estar hablando día y noche. Poseedora de muchos recuerdos de toreros cordobeses, su Plaza de Toros fue inaugurada el 18 de mayo de 1892 por dos Califas del Toreo como fueron Rafael Guerra “Guerrita” y Rafael Molina “Lagartijo”, Manolete toreó en los años 1941, 42 y 43, como también es testigo de la fatalidad de la muerte de “Bocanegra”.

Un Pregón Taurino donde el asistente pudo disfrutar de unas amplias biografías de Juan Belmonte y “Manolete", dos toreros que “no nacieron para parecer, sino para ser”. No pasó por alto el recuerdo de  otros grandes del Toreo como “Lagartijo”, “Guerra”, Cañero y el más actual Califa cordobés Manuel Benítez; hijos literarios todos ellos, al igual que sus otros cinco hijos naturales; sin olvidar a otros grandes artistas vinculados a la tauromaquia como fueron Picasso, Antonio y Manuel Machado -quien dijo que Manolete algo tenía en su mano izquierda además de la muleta- o el escultor Mariano Benlliure.

Francisco Laguna felicitó a Manuel Torres, el cual va a marcar desde esta taurina ciudad, en antes y un después en la cartelería taurina, como también agradeció la asistencia de Juan Lamarca, persona que no solo desde el Palco de Las Ventas, sino en coloquios y sobre todo desde la Asociación Amigos de la Dinastía Bienvenida, realiza una importante labor en defensa de nuestra Fiesta.

El señor Laguna resaltó que en la vida nos encontramos con muchos impedimentos, pero tenemos la Fiesta de los Toros, la Fiesta por antonomasia. Una Fiesta con una Historia del Toreo que es mágica y a la cual debemos defender como Patrimonio nuestro que es, no habiendo peor cobardía que dejarnos quitar algo del mismo, algo que ha pertenecido a nuestros mayores.

Francisco Laguna, hombre católico y de fe, aseguró que cuando se reza y además se canta, se reza dos veces. Laguna no cantó pero recitó acompañado por las notas a la guitarra de su hijo Miguel, la dedicatoria que Manolete tiene grabada en su mausoleo y que todo aquel que haya visitado el Cementerio de la Salud de Córdoba, ha podido leer.

Finalizó el acto con unas palabras que si ya de por sí la noche rebosó sentimientos, torería y pureza, con estas puso broche de oro a un Pregón Taurino que difícil será olvidar:

"Quiero dejar con este Pregón Taurino en esta de por sí Ciudad Monumental, otros dos monumentos, los de Juan Belmonte y Manolete. Apiádate Señor de Juan Belmonte y muerto Manolete, ¡Gloria a Manolete!"

Texto y Fotografía: José Cisneros

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