13 de julio de 2012

Lama de Góngora abre la Puerta del Príncipe

Dieciocho años han tenido que pasar para que un novillero sin picadores abra de nuevo la Puerta del Príncipe.

En aquella ocasión, 1994, fue El Cartujano, hoy, en 2012, Lama de Góngora, un alumno de la Escuela Taurina de Sevilla que ha demostrado su buen oficio y sus ganas de ser torero. Lo que hizo en su primera faena fue sólo un anticipo de lo que veríamos en el sexto, donde el sevillano ha cortado dos orejas a un novillo de Villamarta que no se lo puso del todo fácil.

Lama de Góngora, de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, ha conseguido abrir la Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas al lote que le tocó en suerte del encierro de Villamarta. Una oreja ha cortado Miguel Ángel León, mientras que Diego de Llanos ha sido ovacionado en el quinto. El encierro de Villamarta ofreció posibilidades a los novilleros.

La Maestranza de Sevilla, juves 12 de julio de 2012. La plaza registró tres cuartos de entrada en noche agradable. Se lidiaron erales de Villamarta, de buen juego en general. Destacaron el quinto y el sexto.

Miguel Ángel León, oreja y vuelta al ruedo.
Diego de Llanos, silencio y ovación tras leve petición.
Lama de Góngora, oreja y dos orejas.

El quite por chicuelinas que Lama de Góngora, de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, hizo al segundo de la noche ya dejó al público expectante para su actuación. Ya en el tercero, el de Sevilla resolvió y estuvo por encima del novillo más reservón de Villamarta. Paco Lama se mostró muy firme en todo momento con un animal que perdía las manos y le puso en serios apuros. Fue una faena de mucha exposición en la que el novillero se tiró con fe a matar, lo que le costó una voltereta por fortuna sin consecuencias. El público que casi llenaba la Maestranza en una noche de gran ambiente pidió con insistencia la oreja que la presidenta concedió. 

Esto sólo fue el prólogo de lo que daría de sí su comparecencia en la Real Maestranza. Lama de Góngora recibió al sexto con un farol en el tercio rematado con un puñado de verónicas de muy buen gusto. Comenzó su faena con la rodilla genuflexa para luego dejar dos series por el pitón derecho muy ligadas, que fueron rematadas con un cambio de mano y un pase de pecho de largo trazo. Al natural logró los muletazos más templados, siempre con la pañosa a dos palmos del hocico y arrastrada por el albero. Se tiró a matar y cortó dos orejas, trofeos que le abrieron la Puerta del Príncipe.

Miguel Ángel León, de Gerena (Sevilla), también demostró estar preparado. Meció bien los brazos en el recibo de capote ante un noble eral de Villamarta. Con la muleta, el de Gerena mostró su oficio, se colocaba bien en cada muletazo y remataba con buenos pases de pecho consiguiendo momentos brillantes sobre todo por el pitón derecho. Al natural tampoco defraudó. Cuando volvió a torear en redondo el novillo ya había perdido fuelle. Mató de estocada tendida y, a pesar de que el puntillero levantó al novillo, cortó una oreja.

Al cuarto lo recibió con una larga cambiada en el tercio, que repitió luego en el centro del ruedo para rematar su recibo con un puñado de bellas verónicas. Tras brindar al público, León esperó al novillo a pies juntos en la línea de picadores con un pase cambiado por la espalda y una serie por la derecha bien rematada con un pase de pecho largo y de buena factura. Fue una faena de más a menos en la que las primeras series por la derecha fueron muy meritorias. Al natural el trasteo bajó de intensidad y cuando quiso volver a la derecha el novillo ya estaba muy parado. Unas ajustadas bernardinas finales pusieron fin a su faena. Erró en el primer intento y luego dejó una estocada. El público pidió con insistencia la oreja que la presidenta no concedió. Dio la vuelta al ruedo.

Diego de Llanos, de la Escuela Taurino Fundación El Juli, solventó como pudo las complicaciones que el animal le ofrecía. El madrileño lo intentó por ambos pitones pero sólo logró sacar un par de muletazos en redondo y otros pocos al natural. Pinchó antes de dejar una buena estocada y su labor fue silenciada.

En el quinto, De Llanos brilló al natural con un bello ensabanado de mucha clase. Los naturales se sucedieron de manera ligada y casi sin necesidad de que el madrileño dirigiera la trayectoria del eral. Lo mejor fue la estocada. Fue ovacionado tras una leve petición.

Texto y Fotografía: Plaza de Toros de Sevilla

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