6 de septiembre de 2012

"El Juli" y Talavante a hombros en Valladolid

Un inusitado interés ha despertado la corrida celebrada ayer en Valladolid, no sólo por la presencia de tres máximas figuras como "El Juli", Manzanares y Alejandro Talavante, que han cortado seis orejas, sino también por el regreso de las cámaras de TVE en directo en un festejo taurino. 
  
Julián López "El Juli", que ha cortado tres orejas, y Alejandro Talavante, con dos, han salido a hombros al término de la segunda corrida de la Feria de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid, donde José María Manzanares, con el peor lote, ha conseguido una.

Ficha del festejo:
Se han lidiado cinco toros de Victoriano del Río y uno, en sexto lugar, con el hierro de Garcigrande, sustituto de uno de la ganadería titular devuelto a los corrales por su excesiva y evidente debilidad. Los de Victoriano del Río, en conjunto, han dado muy buen juego aunque han blandeado en exceso. El de Garcigrande ha resultado manejable.

Julián López "El Juli", oreja y dos orejas.
José María Manzanares, saludos y oreja tras aviso.
Alejandro Talavante, oreja y oreja tras aviso.

Casi lleno en tarde agradable con un ligero viento. Se desmonteraron Curro Javier y Luis Blázquez, de la cuadrilla de Manzanares, en el segundo.

Con ese concepto total de toreo, "El Juli" estuvo fácil en su primero, capaz y poderoso. Toreó con largura y con hondura, con valor y arte, apabullante. En su segundo volvió a ser el enciclopédico diestro capaz de hacer el toreo grande a un astado que anduvo por los suelos en los primeros compases del trasteo. No se cansó de torear y el público de admirar un auténtico recital de poderío y la asombrosa estocada final.

Cadencia, temple, elegancia, pero el segundo toro no permitió a Manzanares exhibir estas virtudes nada más que a ráfagas. Se pudo ver, no obstante, al diestro alicantino en perfectas condiciones físicas. Sí pudo demostrar toda la majestuosidad de su toreo en el quinto de la tarde, en series con ambas manos en los que adormeció las muñecas y paró el tiempo.

Un quite de frente y por detrás, pasando al toro por alto y con mucho riesgo de su integridad física, fue un aviso del percance, sin consecuencias, que sufrió Talavante más tarde, al final del festejo. Protagonizó una apertura espectacular para después prodigar ambas manos en series cortas porque el toro no tenía fuerza para más.

Unas manoletinas finales culminaron una notable faena. Salió a matar al sexto decidido a salir por la puerta grande y lo consiguió, después de una actuación poderosa, ajustada y creativa. Tarde completa la del extremeño.

Texto: José Luis Lera / EFE
Fotografía: Nacho Gallego/EFE

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