15 de julio de 2013

Rizo, una oreja en su debut en La México

El novillero debutante en el embudo mexicano, Jorge Rizo, fue el único en pasear una oreja. La otra cara de la moneda fue para Jorge Didier que recibió una cornada que le impidió finalizar su debut.
Plaza de toros Monumental de México. Segunda novillada. Buena entrada. Clima nublado y ventoso. Astados de Marco Garfias, bien presentados. Cinco fueron aplaudidos en el arrastre.

Joaquín Gallo y los Forcados Hidalguenses, vuelta.
Adrián Padilla, palmas y pitos.
Jorge Didier, cornada.
José Mari Macías, saludos al tercio.
Christian Verdín, silencio.
Jorge Rizo, oreja.

En la Monumental Plaza de Toros México en la segunda novillada de la temporada, en una tarde nublada y con intermitentes ráfagas de  viento y con una buena entrada, se corrió un encierro de la ganadería de Marco Garfias, propiedad de doña Cristina Cánovas de Arriaga, vecina de Villa de Arriaga, San Luis Potosí (México). Bien presentado pero desigual de juego y comportamiento, para el rejoneador capitalino Joaquín Gallo y los Forcados Hidalguenses, que dieron vuelta al ruedo y a pie, el leonés Adrián Padilla, palmas y pitos; el aguascalentense Jorge Didier, que no debutó porque se llevó una cornada del novillo de Padilla; el tlaxcalteca José Mari Macías, al tercio; el jalisciense Christian Verdín, silencio, y el capitalino Jorge Rizo, cortó la única oreja del festejo.

Abrió el festejo Joaquín Gallo (traje de charro acero y beige) con Platero, número 43, cárdeno obscuro bragado meano y cornivuelto bizco del derecho con 396 kilos, al cual rejoneó con solvencia y efectividad, dejándole, dos rejones, cuatro banderillas y una banderilla corta, toreándolo con la grupa del caballo. Los Forcados Hidalguenses, realizaron una extraordinaria pega de largo con el cabo Eduardo del Villar para dar una vuelta al ruedo en compañía de Gallo y aplausos al novillo en el arrastre.

Adrián Padilla
(nazareno y oro) con Gavioto, número 78, sardo bragado meano caribello y cornidelantero con 414 kilos. Farol de hinojos en la boca de riego y de pie, chicuelinas, ahí mismo. Después de dos puyazos, le correspondió el quite a Jorge Didier, que hizo un quite por gaoneras de hinojos y ahí recibió una cornada que no le permitió continuar en el festejo. Le replicó el leonés con otro quite de gaoneras y también fue cogido, pero sin consecuencias que lamentar. Con la pañosa, tres péndulos en los medios, molestado por el fuerte viento y derechazos largos a un novillo de noble y alegre embestida. Pero mal con la espada: una media y dos descabellos con un aviso entreverado para escuchar palmas al igual que el astado en el arrastre.

Cerró el festejo con el novillo que le correspondía a Didier, Castañíto, número 12, sardo listón bragado meano y cornidelantero con 445 kilos. En una faena con buenos muletazos a un buen novillo, pero con la toledana perdió la oreja que ya tenía en la espuerta: seis pinchazos con dos avisos para ser pitado.

José Mari Macías (perla y oro) con Manchego, número 37, negro entrepelado bragado meano y cornidelantero con 400 kilos. Poco hizo el tlaxcalteca con el percal y después de brindarle al cónclave capitalino para muletear con afición y torerismo al peor novillo del encierro, un astado soso y descastado, al cual despachó de pinchazo y estocada para saludar en el tercio y pitos al novillo.

Christian Verdín (verde bandera mexicana y oro) con Zalamero, número 25, sardo listón bragado meano y paliabierto con 445 kilos. Con el percal hizo un quite por desajustadas tafalleras y con la pañosa, muletazos del tercio a los medios y un trasteo sin conectar con el tendido. Pinchazo y estocada para escuchar silencio y aplausos al novillo.

Jorge Rizo (grana y oro) fue el triunfador del festejo, con Renegado, número 32, cárdeno obscuro bragado y capacho con 419 kilos. Al cual le hizo un quite por chicuelinas rematadas con una larga afarolada de cartel. Y en el último tercio, una faena tesonera y pinturera, culminada con una estocada caída. El juez de plaza don Gilberto Ruiz Torres le otorgó la oreja, la cual le fue entregada por el alguacilillo José Julián Ayala.
 
Alejandro Escarcega/Fotografía: Plaza México

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