26 de agosto de 2013

Carlos Aranda y Daniél García, por la puerta grande en Linares

Empezó la feria de San Agustín de Linares  con una novillada para jóvenes aventajados pertenecientes a distintas escuelas andaluzas, examen muy exigente en plaza de 2ª ante media plaza de lleno en sombra y asfixiante sol. 
Nervios en el portón de cuadrillas y los consejos de los mentores a los actuantes, valga como ejemplo “El Clavileño” a Carlos Aranda, esto es una plaza de verdad y aquí hay que dar la verdadera dimensión de lo que eres disfrútalo, no podía tomar mejor nota el de Daimiel que pedía continuamente la hora para liarse.

Manuel Bautista estaba en su tierra su casa y su gente y a la dirección entre barreras, Paco Bautista, tío del novillero. No tuvo su tarde aunque su enemigo se dejó en todos los tercios. Voluntad hubo y mucha pero no acompasada, se dejó coger los engaños tanto con el capote en las lopecinas. Faena que brindó a Juan Bajo, empresario. Donde faltó el acoplamiento y la ligazón, hubo más voluntad que acierto y muy mal con la espada. Escuchó palmas de alivio.

Carlos Aranda, de Daimiel, por la escuela de Baeza. Recibió con larga en el tercio de la que salió trompicado, para reponerse y dar una más de buen trazo. Toreo limpio a la verónica bien rematado y airoso, replicó por navarras en el quite, demostrando pundonor. Su comienzo de faena de rodillas en redondo levantó las pasiones en los tendidos. Cuatro más el de pecho, para torear después muy despacio, donde la ligazón y el temple y la forma de cargar la suerte encandiló al público y de qué manera. Se sucedieron las tandas llenas de empaque y toreo del caro, redondos invertidos con la improvisación impropia del todavía aprendiz. Dos desprecios y un cambio de manos perfectos, para finalizar por manoletinas justo en el espacio del ruedo donde cayó mortalmente herido Manolete. Faltaba la espada para rematar tan bella obra y Carlos de vacio dejando una estocada entera y dos orejas de petición atronadora, aplausos al de Jiménez Indarte en el arrastre un toro noble y bravo que pedía el carnet de torero.

David Olivares
, estuvo muy voluntarioso y a la vez desafortunado, sufrió dos revolcones que le pudieron dar un disgusto. Estuvo siempre a merced de su enemigo sin llegar a lucir en ningún pasaje. Muy mal con la espada escuchó dos avisos. Palmas de alivio interno.

Daniel García fue también una grata sorpresa, no se puede torear más lento y con tanto gusto con la plasticidad y el empaque que mostró hoy en Linares, sus partidarios muchos en los tendidos pueden estar satisfechos de su torero. Verónicas lentas y quite por gaoneras ajustadísimas. Su comienzo por la derecha en el centro del platillo encandilo pronto, para seguir al natural en tandas de belleza y una lentitud pasmosas. Se gustó el torero en justicia, dando los tiempos y las distancias justas en series, si una buena la otra mejor. Los redondos invertidos con una personalidad distinta y la estocada para dos orejas también con mucha fuerza y verdad.

El público que no se fue de la plaza para presenciar el desencajonamiento de las corridas de feria, dibujaba naturales y posturas de Carlos Aranda y Daniel  García que salían a hombros en apoteósica vuelta a la plaza, llenos de felicidad por este hecho histórico para ambos.

Ignacio Rubio

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